Un Gobernante tiene que ser «ejemplar» entre otras cosas, y si no lo es, debe asumir las consecuencias de sus acciones intencionadas.
Los españoles, de toda ideología, estamos hartos del Sanchismo, por sus repetidas mentiras, sus pactos contra España, su coro de incompetentes Ministros, y para colmo, sus presuntos y turbios negocios.
Desde la Sociedad Civil: Queremos un Gobierno decente.
El Juez Peinado no es ningún títere, aunque crean esos ladrones que atacan al Juez, que todos son de su condición.
El Juez del caso de la Ciudadana particular imputada Begoña Gómez, que ahora ha citado también a declarar como testigo al Presidente Pedro Sánchez, ha de seguir lo que la Instrucción ya le obliga a hacer a éstas alturas de la investigación, que es tratar de dilucidar el posible ámbito de un presunto tráfico de influencias y otros delitos en cadena, donde un extremo doble de dicha cadena puede ser, no solamente el propio ciudadano enamorado Sánchez, sino a la vez «un cargo público o un funcionario» (cualquier cargo o funcionario) que haya intervenido de cualquier forma en los negocios y gestiones de su esposa, y sobre el que la investigada haya ejercido, presuntamente, influencia con prevalencia de su condición de Esposa del Presidente del Gobierno. Si el dinero se lo llevan unos Empresarios favorecidos ilegalmente, es porque se les niega a otros. Y en España, somos iguales ante la Ley.
Pero además, el Juez lo hace a las claras, aunque evidentemente colocando por delante el Derecho del testigo a no declarar contra su cónyuge.
Nada hay que afear a la actuación del Juez Peinado. El coro de Ministros, Portavoces y seudo-medios Sanchistas desafina gravemente, y su fidelidad a Sánchez solo se justifica en base a cargos y sueldos de unos oportunistas.
Un juez valiente frente a un presidente sospechoso
La decisión de Peinado de citar a Sánchez no solo es legítima: también es imprescindible.
«La citación del juez Peinado al presidente del Gobierno por la causa abierta a su esposa es un acto de perfecta normalidad jurídica pero, también, de hondas consecuencias políticas».