¿Qué formación tiene que tener un político?
Queremos que los partidos elijan a las personas mejor formadas y más preparadas para los cargos que tienen que ejercer y de los que dependemos todos sus votantes y los que no les votan. Pero la mayoría de las veces influyen más las presiones internas y los cargos por enchufe que la formación que se necesita.
Cuando vamos al médico o elegimos el colegio de nuestros hijos sabemos que los profesionales han pasado por una serie de pruebas que nos dan la confianza de que tenemos las personas idóneas.
¿Pasa lo mismo con los políticos?
Si analizamos la formación que debería tener cualquier persona que ejerce una gran responsabilidad política, destacamos:
- Formación académica adecuada. No es que sea importante tener una, dos o tres carreras. Lo importante es tener unos conocimientos técnicos que se correspondan con el cargo que se va a ocupar.
- Experiencia en la vida laboral. Una vez adquiridos los conocimientos técnicos, hay que llevarlos a la práctica. Hay que estar con el mundo real y conocerlo. Pasar por distintos cargos y crear una vida laboral. En toda profesión se requiere un tiempo de prácticas.
- Ocupar distintos puestos previos al cargo político. Iniciar la carrera de lo público debería llevar un rodaje anterior. Ocupar cargos en la empresa privada que impliquen una gestión y toma de decisiones.
- Demostrar las capacidades. Imprescindible demostrar las capacidades de gestión y conocimientos del cargo al que se aspira. No se trata de hacer una oposición a político, pero sí de probar con un Currículum que tenemos las mínimas cualidades técnicas que va a tener que aplicar en su cargo público.
- Conocimiento de idiomas. En el mundo actual que vivimos, además del idioma oficial debe tener soltura en otros idiomas que tenga que utilizar en público, representando al cargo para el que ha sido elegido.
- Habilidades sociales. El político tiene que serlo y parecerlo. En una auténtica democracia, los políticos tienen que ser los que mejor reflejen a la sociedad que representan. “No se puede ser un buen político si no se sabe hablar […] con un lenguaje que realmente comunique el pensamiento y que, además, lo matice y lo enriquezca con el dominio de las palabras” (Vargas Llosa, 2001, p. 70).
Importancia de experiencia en el mundo laboral
Hoy en día nos encontramos políticos que ya ejercen cargos públicos desde muy temprana edad y sin ninguna experiencia laboral.
Basta mirar en Internet los currículums de ellos para ver que algunos ingresan en el partido muy jóvenes, incluso sin concluir los estudios universitarios y ya ejercen cargos públicos. A veces desde el primer momento cargos de mucha relevancia.
Otros a la sombra del partido van ejerciendo de Concejales de Ayuntamientos, de Alcaldes, cargos en Diputaciones y de este modo llegan a cargos Autonómicos, Nacionales y a Ministerios.
Es probable que de este modo tengan experiencia en cómo ejercer la política. Pero la pregunta es ¿está preparado técnicamente para tomar importantes decisiones?
Seguramente cuente con un buen equipo de asesores. ¿Son los mejores?
Todas estas preguntas y muchas más, en el momento actual, las ponen en duda un montón de ciudadanos.
No vamos a pensar que todos los políticos están mal preparados y todos los asesores son enchufados sin preparación.
Pero en el mundo laboral no pasa lo mismo que en la política. En la realidad hay que escalar los puestos a base de formación y de experiencia.
Eso es quizá lo que les debemos pedir a los políticos y a sus asesores. Que demuestren haber escalado unos ciertos niveles en el mundo laboral, para después dar el salto a la política y ejercer un cargo público en donde sus decisiones tienen repercusiones en la vida diaria de los ciudadanos.
Fallos en la formación de un político en la actualidad
Para ser político en España según el Artículo 11 de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno, se requiere:
- Ser español.
- Mayor de edad.
- Disfrutar de los derechos de sufragio activo y pasivo.
- No estar inhabilitado para ejercer empleo o cargo público por sentencia judicial firme.
En el momento actual que vivimos, en un político prima más la imagen y la comunicación que la formación. Y tampoco se le está exigiendo por Ley.
Los partidos tienen el deber de presentar a los ciudadanos políticos responsables, formados y los mejores para tomar las decisiones públicas. Los ciudadanos tienen el derecho de estar bien representados.
No deben primar los intereses particulares de los partidos a los intereses generales. Eso por no meternos con los intereses de los partidos autonómicos.
No cabe duda de que tendemos a beneficiarnos si podemos, antes que favorecer al vecino, pero cuando se trata de un interés general, los partidos políticos tienen que tener altura de miras.
Quizás todo esto sucede porque la Ley Electoral lo permite, pero ésta perdura porque ciertos partidos lo han permitido porque les beneficiaba.
Las administraciones públicas no van a mejorar si los dirigentes políticos no tienen la preparación que se requiere.
Y esto no va de ideas políticas, cada uno puede tener las suyas, va de interés general por el bien de todos.
Con la colaboración de Tecnocracia Social.