Francia siempre ha sido un referente cultural, económico, científico y patriótico.
Tras el bodrio de la ceremonia de los juegos olímpicos, no hay duda de que hemos asistido a uno de los guiones televisivos más deplorables de su historia: Francia pierde el Norte y las Olimpiadas.
La supuesta degeneración de la sociedad occidental, trasladada a un espectáculo mediocre y aburrido, carísimo, con hiper-sexualización, simbología satanista, ridiculización de las raíces cristianas europeas, o hasta genitales expuestos en las pantallas que millones de personas, también niños observando, supone una cesión al desprestigio que esperemos los franceses sepan corregir con autocríticas.
Esto es Francia hoy.
Evitemos que sea España mañana.
La inauguración de los Juegos Olímpicos, una expresión de la realidad de Francia
«NEOS, a través de su presidente Jaime Mayor Oreja, lamenta lo vivido ayer en París».
«El espectáculo con el que París inauguró el mayor acontecimiento deportivo del mundo estuvo lleno de mensajes de ideología de género, provocaciones continuadas que incluían desde una apariencia de trío sexual, hasta una recreación con drag queens de «La Última Cena» de Leonardo da Vinci pasando por una Reina María Antonieta decapitada»…
Fuentes