Tras los resultados de las últimas Elecciones Generales del 23 de julio se evidencia que Pedro Sánchez se ha convertido en un peligro para Europa. El motivo de esta afirmación es muy sencillo, el socialismo está dispuesto a pactar la gobernabilidad con cuatro partidos cuyo objetivo es romper la Unión Europea.
El 17 de agosto ya se ha constatado este peligro para la UE. El PSOE de Pedro Sánchez ha pactado públicamente con un fugado de la justicia como Carles Puigdemont la votación para decidir los miembros de la Mesa del Congreso en la XV Legislatura. Ya tenemos el precedente de un país de la UE que realiza pactos institucionales con delincuentes en busca y captura.
Pedro Sánchez necesita los votos del EH Bildu, Partido Nacionalista Vasco (PNV), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya. Todos ellos han manifestado la intención de reclamar importante concesiones del Gobierno de España. Los dos partidos catalanes exigen al candidato del PSOE la amnistía y el referéndum de independencia, algo que no les puede conceder por ser ilegal.
El peligro para Europa
Pedro Sánchez está logrando que todos los movimiento secesionistas de Europa visualicen que sus objetivos son posibles. Parece insólito, pero el presidente de turno de la UE quiere llegar a un acuerdo con partidos que quieren romper Europa.
Los líderes europeos deberían preocuparse porque todos los partidos independentistas y los grupúsculos secesionistas ven en el modelo catalán y vasco un espejo donde mirarse y una hoja de ruta a seguir para sembrar el odio en la UE.
El sindicato de delincuentes
Los partidos en los que se quiere apoyar Pedro Sánchez, para su investidura y gobernabilidad de España forman un auténtico sindicato de delincuentes, lo cual reafirma que el candidato a la investidura es un auténtico peligro para Europa.
El equipo que Junts y ERC han elegido para negociar con el PSOE la investidura de Pedro Sánchez está compuesto por Laura Borrás, condenada a 4 años de cárcel por prevaricación; Oriol Junqueras, condenado por sedición; Marta Rovira, prófuga de la justicia por participar en un golpe de Estado y finalmente Carles Puigdemont, prófugo por ser líder de ese golpe de Estado en contra de un país de la UE y al que la propia UE le ha retirado la inmunidad parlamentaria.
Sin conocer todavía quienes serán los representantes de Bildu, que en las últimas elecciones municipales presentaron siete exterroristas con delitos de sangre en sus listas y, en algunos casos, con los apodos que usaban cuando cometían atentados. También se sabe que la sexta diputada de Bildu fue condenada por pertenencia a ETA, concretamente es la parlamentaria por Vizcaya, Marije Fullaondo, otra vieja conocida de la justicia española y de la Audiencia Nacional.
Tal como señalaba el Secretario General del PP de Andalucía, Antonio Repullo en sus redes sociales, el Gobierno de España no puede estar en manos de personajes como Puigdemont:
El PP ha conseguido 47 escaños más y es la primera fuerza política de España. Con Alberto Nuñez Feijóo hemos ganado las Elecciones Generales. Y el objetivo ahora es intentar gobernar. La alternativa a Feijóo es que Puigdemont mande en el Gobierno de Sánchez o repetir las elecciones.
La opinión de la eurodiputada húngara Enikő Győri
En enero de 2023, la eurodiputada húngara Enikő Győri, ya lanzaba una serie advertencias del peligro para Europa que presentaba el Gobierno Frankenstein de Pedro Sánchez en España. Hoy sus palabras aún toman más valor, si cabe.
La conexión rusa que preocupa en Estados Unidos
España es rehén de una facción de extremistas regionales disidentes, así de contundente se muestra The Washington Post, el cual explica en su artículo del 31 de agosto sobre Pedro Sánchez y los separatistas los siguientes aspectos:
Aunque los partidos separatistas catalanes solo controlan 14 de los 350 escaños del parlamento, su influencia es desproporcionada. Con su apoyo, Sánchez podría formar un nuevo gobierno de coalición y mantenerse en el poder, pero sin ellos, se podría enfrentar a nuevas elecciones.
El nacionalismo regional en España ha causado divisiones y ha desviado la atención de problemas más grandes, como el cambio climático y la economía. Las demandas del líder separatista Carles Puigdemont, quien lidera uno de los partidos catalanes en el parlamento desde su exilio en Bélgica, incluyen una amnistía para aquellos que apoyaron un referéndum ilegal sobre la independencia catalana en 2017 y una nueva votación sobre la independencia.
El rey Felipe VI ha invitado al Partido Popular de centroderecha, el partido que más votos obtuvo, a intentar formar gobierno. Sin embargo, formar un gobierno sin el apoyo de los separatistas o de Vox es un desafío.
Arancha González Laya, ex ministra de Asuntos Exteriores española, señaló que la discusión sobre el nacionalismo regional ha desviado la atención de temas urgentes como el cambio climático y el bienestar social.
El rotativo estadounidense se muestra especialmente preocupado por el presunto apoyo de Rusia a Puigdemont. El expresidente catalán, huido de la justicia, supuestamente recurrió una vez en busca de ayuda en su campaña para romper los lazos con España . Se cree que Rusia quiere subvertir el modelo de democracias y pluralistas que Europa se ha esforzado por representar.
Movimientos independentistas en la Unión Europea
Varios países de la UE tienen dentro de su territorio movimientos independentistas. Algo que se considera un peligro para Europa y que los pactos de Pedro Sánchez pueden reactivar y fomentar la creación de nuevos problemas.
Algunos de los más conocidos son:
En la región de Padania, Italia, está la Liga Norte (Lega Nord), que tiene como objetivo la independencia de la su región, al norte de Italia, para formar una república independiente. La región de Padania abarca varias regiones del norte de Italia, incluidas Lombardía, Véneto, Emilia-Romaña y otras.
En Francia tienen un problema en Córcega con el nacionalismo corso que busca una mayor autonomía o independencia para la isla de Córcega.
Bélgica tiene al Movimiento Nacional Flamenco (Vlaamse Beweging) en Flandes. Busca la independencia de la región de Flandes, donde se habla neerlandés, y la separación de Valonia, donde se habla francés.
Aunque fuera de la Unión Europea, en el Reino Unido también hay dos procesos independentistas, en Escocia está el Movimiento Nacional Escocés (Scottish National Movement) que busca la independencia de Escocia del Reino Unido para formar un Estado soberano. En Irlanda del Norte, el Republicanismo irlandés que busca la independencia de Irlanda del Norte del Reino Unido y su unificación con la República de Irlanda.