A mis 58 años de edad, no habiendo sufrido el Franquismo en mis carnes y viendo el insuperable ejemplo de honestidad y sacrificio que nos dieron nuestros padres perdonándose y abrazándose entre ellos con el ejemplar Proceso de Transición Democrática admirado en todo el mundo, he de decirte Pedro que yo no conocía el odio.
Por supuesto sentía un inmenso dolor en mis entrañas cada vez que E.T.A. asesinaba a personas inocentes, pero mi confianza en las Instituciones y en las Fuerzas de Seguridad del Estado me llenaban de esperanza y sustituían el más que razonable odio que pudiera sentir hacia los asesinos, en carácter y sentimiento de unidad y amor entre españoles. Yo fui a esa manifestación de manos blancas en 1997 por nuestro inolvidable Miguel Ángel Blanco Garrido y lloré de emoción viendo todos esos corazones unidos contra la barbarie. Gracias a este carácter y sentimiento de unidad finalmente derrotamos a E.T.A.
Ni siquiera conocí el odio cuando un personaje tan nefasto como José Luis Rodríguez Zapatero llegó a presidir nuestra nación, era tan ridículo y abstracto, estaba tan fuera de toda razón, que la grotesca atrofia de su cosmos chavista no podía más que hacernos pensar que se trataba de un error de la naturaleza y lo veíamos con cierta compasión, deseándole una pronta recuperación y bienvenida a la realidad (al menos en nuestro planeta).
Pero entonces llegaste tú Pedro, gracias a ti y con gran pesar he de reconocer que nuestra generación ya conoce el odio. Por tu culpa Pedro yo sé lo que es odiar.
Tu sectarismo, tus constantes mentiras, tu desprecio a España y a sus Instituciones, tu asalto a los poderes del Estado, tu desprecio por la Justicia, tu constante manipulación del lenguaje y las leyes, tu nauseabunda pleitesía a los terroristas derrotados, tu vergonzante y humillante sumisión ante un independentismo catalán que se había suicidado con un absurdo golpe de estado que les había sumido en el más absoluto ostracismo…
Pues vas tú y los resucitas, y todo por nada, sin ningún objetivo, solo por conservar los privilegios de presidente de los que abusas sin embarazo ninguno.
Has llegado incluso a desterrar a un muerto, que créeme, nos importaba un carajo a todos, ya estaba olvidado y perdonado, sí Pedro! Perdonado! Y solo lo has hecho para resucitar el odio, que como bien sabes es lo único que te permite mantenerte en el poder.
Has despreciado a todos los Españoles y España, una gran Nación con una historia fascinante de la que sentirse orgulloso. Por supuesto que tú vas a pasar a la historia, síííí, como el infame presidente que nos avergonzó y nos deshonró a todos, humillándonos ante asesinos blanqueados y concediendo una AMNISTÍA, ni más ni menos que una AMNISTÍA, a los delincuentes golpistas que quisieron romper la unidad de España y que para tu vergüenza más absoluta, cada día, siguen esputándote a la cara que seguirán haciéndolo mientras a los Españoles nos quede algo de sangre que chupar.
No te voy a recordar lo de tu personalidad falsa, narcisista, ególatra, egocéntrica… tú ya sabes lo que eres, pero que te quede claro Pedro Sánchez Castejón:
Nos importa un carajo tu mujer!, nos importas un carajo tú! Y nos importa un carajo lo que hagas a partir de ahora! Lo que nos importa es España! recuperar la independencia de poderes! dormir tranquilos pensando que nuestra nación está gobernada por alguien que la respeta, la ama y que luchará por ella mientras tenga aliento!
Y sí Pedro Siií, merece la pena! merece mucho la pena que te vayas por donde viniste y no vuelvas más a asomar tu cabeza, a ver si los que sí amamos España conseguimos deshacer este absoluto desastre en el que nos has metido.