Los impuestos

Los impuestos, como reflejo de una moral esclavista

Por años, el gobierno español, liderado actualmente por Pedro Sánchez, ha intensificado la carga fiscal sobre los ciudadanos. Este incremento de impuestos, disfrazado de justicia redistributiva, plantea un desafío más profundo que la simple gestión económica: Los impuestos, como reflejo de una moral esclavista.

Como advirtió Nietzsche, perpetúan la dominación de las masas por un sistema que sofoca la iniciativa y asienta la voluntad del poder. Se trata de una práctica esclavista por la vía económica y de limitación de libertades e igualdad de oportunidad. El caso de las evasiones de impuestos a paraísos fiscales así lo demuestra.

Nietzsche denunciaba la moral del rebaño, esa tendencia a sacrificar la individualidad en aras de un ideal colectivo impuesto por quienes ostentan el poder. De este modo, el gobierno, actuando bajo el pretexto de un bienestar común, se erige como un pastor omnipotente que exige sumisión a cambio de seguridad. El explosivo aumento de impuestos no es sino una manifestación de este esquema: un mecanismo que castiga al individuo creador y productivo mientras recompensa la mediocridad y la dependencia. Al mismo tiempo sirve a intereses clientelares de partido.

El superhombre, esa figura nietzscheana que se atreve a crear sus propios valores, queda acorralado bajo la estructura fiscal actual. Las leyes económicas no se orientan a fomentar el espíritu emprendedor ni la autorrealización, sino a redistribuir los frutos del esfuerzo individual entre quienes, en muchos casos, han renunciado a su propia voluntad de superarse o viven de las subvenciones. Esto no es solidaridad; es parasitismo institucionalizado. Y al ser asumido por el bipartidismo dominante en España, se convierte en parasitocracia.

Pedro Sánchez y su gobierno han adoptado una política que eleva el sufrimiento a la categoría de virtud. A los ciudadanos se les pide resignación frente al aumento de impuestos, con la promesa de un supuesto bien mayor: infraestructuras públicas, servicios de calidad, sanidad, educación, cohesión social.

Pero ¿realmente se cumple esa promesa, o simplemente se perpetúa un ciclo de dependencia y desigualdad disfrazado de progreso?.

Nietzsche nos recordaría que la libertad verdadera no se alcanza mediante la dependencia de un Estado todopoderoso, sino mediante la afirmación de la vida y la creación de nuevos valores.

España necesita líderes que despierten este espíritu en lugar de sofocarlo bajo el peso asfixiante de los impuestos. Un Estado español que valorase al individuo creador por encima del colectivo pasivo no necesitaría apoderarse de las riquezas de sus ciudadanos; al contrario, les permitiría florecer y transformar la sociedad desde su propia grandeza como tantas veces han demostrado los españoles de todas las épocas.

Sufrimos graves problemas con empleos precarios, falta de viviendas, subidas continuadas de precios, excesivo número de cargos políticos, mala gestión económica de los gobiernos, injerencias en el mercado laboral y mundo empresarial, e incluso corrupción. El socialcomunismo y parte del sindicalismo de moda es experto en aumentar gastos y reducir la productividad y competitividad, por lo que solo tiene una salida: El aumento de impuestos, y el «hachazo fiscal» previsto para 2025.

Hoy más que nunca, es necesario un cambio en la narrativa y gestión pública del bien común -hasta lo dijo el propio Rey Felipe VI en su discurso de Navidad 2024.

No se trata de rechazar la necesaria solidaridad y redistribución de recursos, sino de replantear su propósito. La verdadera justicia social no se encuentra en desmotivar ni despojar al que produce, sino en construir una sociedad donde cada individuo pueda ejercer su libertad, sin que el Estado actúe como un ladrón disfrazado de salvador.

En un momento donde los impuestos se han convertido en una herramienta de opresión al servicio de la demagogia, España y su sociedad civil debe decidir si quiere seguir siendo un rebaño resignado o si se atreverá a elevarse hacia el horizonte de lo posible.

Fuentes

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Autor: Francisco Pajuelo Trejo | Artículos de Francisco Pajuelo Trejo
Metalúrgico. Diseñador Industrial en empresas de automoción.

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