Esperanza de vida. Mujer en la playa.

Rejuvenecimiento y esperanza de vida

El deseo de vivir más años y con calidad de vida es uno de los mitos y objetivos más ansiados por la Humanidad. Y hoy día, por primera vez en la historia de los seres humanos, sabemos que alargar la vida muy por encima de los 100 años es científicamente posible. Es más, parece cada vez más claro que, pese a las evidencias del aumento global de entropía y de que vivimos sometidos a la oxidación propia de una atmósfera con oxígeno, no estamos programados para morir, sino más bien para pensar. Pensar por ejemplo en ampliar horizontes de vida, viables a medio plazo hasta los 150 años, o hasta 700 años a más largo plazo. Ello conlleva al mismo tiempo no pocos dilemas sociales y morales, los cuales habrá que acometer de manera positiva.

Opiniones de los científicos sobre rejuvenecimiento y esperanza de vida

En la actualidad existe ya un amplio consenso científico en que la esperanza de vida puede llegar en próximas décadas a 120 o 140 años, pero hay incluso científicos de gran prestigio, como nuestro Premio Príncipe de Asturias de Investigación, el andaluz Ginés Morata, que aventura cifras más esperanzadoras para el futuro: «El ser humano podría llegar a vivir 600 o 700 años», y además, con mayor calidad de vida si investigamos más sobre Epigenética, células madre, reprogramación celular y manipulación genética.

Además, lejos de beneficiar sólo a una minoría, lo que precisamente hará más rentables, baratos y universales los futuros tratamientos de rejuvenecimiento, será precisamente su disponibilidad para todos los seres humanos, como ocurrió con la investigación en los 70 y 80, por ejemplo, sobre los teléfonos móviles, que son hoy asequibles en todo el planeta precisamente por su disponibilidad en casi todo el mundo. Igual ha ocurrido con las vacunas frente a la COVID-19, ya que la producción de miles de millones de dosis ha abaratado su precio.

La salud y la esperanza de vida han aumentado considerablemente (incluso en las regiones más pobres de África) respecto al pasado, y han disminuido los índices de pobreza en casi todos los países, pese (o gracias) al aumento de la población.

La Tierra tenía unos 300 millones de habitantes en la Edad Media, unos 1000 millones en 1800 y cerca de 8000 millones en la actualidad, y a escala global, las condiciones de vida y los derechos humanos han ido mejorando gracias a la Ciencia y a otros factores socioeconómicos. Hoy, casi nadie querría vivir en la Edad Media, con una esperanza de vida de unos 20 años. Además, las tasas de natalidad bajan, por ejemplo, por debajo de 1 en China, y en la mayoría de países la tendencia apunta a un crecimiento negativo de la población.

Un aumento de esperanza de vida, con mejores condiciones de salud, supondrá multiplicar oportunidades de todo tipo para la población, y contar, además de los jóvenes, con la experiencia y mayor preparación de las personas mayores, que podrán trabajar durante más años aportando su experiencia para nuevas y mejores soluciones medioambientales, sociales, económicas y políticas.

Adicionalmente, el ahorro en gastos que hoy se dedican a enfermedades ligadas al envejecimiento (las más graves y costosas), se podrá invertir en otras mejoras de salud, sociales, educación, investigación, etc.

Cada vez más científicos, como el británico Aubrey de Grey, aseguran que (científicamente hablando) la inmortalidad es posible y, además, que se puede alcanzar incluso en este siglo.

De Grey (Universidad de Cambridge) dirige un centro de investigación dedicado a la lucha contra el envejecimiento.

En España también tenemos científicos que, junto a Ginés Morata, trabajan en temas relacionados con la lucha contra el envejecimiento, y algunas de sus consecuencias relacionadas, como el cáncer y Alzheimer. Así, Pedro Guillén, fundador de la Clínica CEMTRO y uno de los autores de un estudio publicado en la revista “Cell”, ha demostrado que rejuvenecer las células en organismos vivos es posible. Lo ha conseguido el equipo del doctor Guillén, con el liderazgo de Juan Carlos Izpisúa. Izpisúa investiga en el Instituto Salk de Estudios Biológicos de La Jolla (California, EEUU), es catedrático de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), y trabaja para Altos Labs, una empresa que busca «Transformar la medicina a través de la programación de rejuvenecimiento celular». El proyecto cuenta con investigadores punteros, incluyendo varios premios Nobel.

También nuestra gran científica María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, incidió en el tema, comentando que “Vamos a conseguir alargar la juventud”. Ha escrito libros como ”Morir joven a los 140 años” y cientos de publicaciones científicas relacionadas con la Telomerasa y otros factores que influyen en el envejecimiento.

RECURSOS NECESARIOS PARA ESTOS CENTROS DE INVESTIGACIÓN

El envejecimiento, como dice David Sinclair, de la Universidad de Harvard, es una enfermedad que nos afecta a todos, cuya cura depende de los recursos que se pongan a disposición de los investigadores. Dichos recursos, además de aumentar la cantidad y calidad de vida, ahorrarán a los sistemas públicos de salud miles de millones de euros que hoy se gastan en tratar enfermedades asociadas al envejecimiento, como Cáncer, Alzheimer, Parkinson, etc. Sinclair afirma que «No hay ninguna ley en biología que diga que debemos envejecer” y es uno de los principales expertos mundiales en envejecimiento.

Así pues, lo que nos separa de evitar el envejecimiento y de la cura de enfermedades relacionadas con dicho envejecimiento, es fundamentalmente la falta de concienciación de nuestros dirigentes y de toda la sociedad, acerca de la necesidad aumentar significativamente los recursos para investigación en estos campos. Y algo sencillo pero clave para el futuro de España y de la humanidad: Reconocer que el envejecimiento es una enfermedad que, aunque nos afecta a todos (desde los 30 años aproximadamente), tiene cura. Los primeros países que reconozcan el envejecimiento como enfermedad, y dediquen fondos a su investigación, serán los países que liderarán la economía y ciencia a escala global los próximos años.

En consecuencia, es vital que en España se creen Centros de Investigación sobre la Cura del Envejecimiento, y sobre Rejuvenecimiento y Aumento de la Esperanza de Vida.

Los Centros que proponemos, serían de carácter público-privado y deberían ser impulsados por Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas y Gobierno Central, sin descartar otras aportaciones institucionales, y estar abiertos a la colaboración con empresas, entidades financieras, universidades, hospitales, etc., tanto públicos como privados.

Aunque los Centros de Investigación sobre Rejuvenecimiento, serían fundamentalmente de Medicina y Biotecnología, también pueden con el tiempo ampliarse con Departamentos de otras áreas de conocimiento relacionadas, y con el consecuente aumento de la esperanza de vida: Estudios Socioeconómicos, Psicológicos o Medioambientales serán fundamentales para prevenir posibles consecuencias negativas del aumento generalizado de la esperanza de vida de los seres humanos, y garantizar el Desarrollo Sostenible de la vida en nuestro planeta.

La inversión mínima estimada para iniciar este centro podría estar en torno a unos 500 millones de euros, y la aportación anual en unos 50 millones de euros, teniendo en cuenta que ya contamos con una parte importante de los instrumentos y tecnología requeridos repartidos en universidades, hospitales y empresas, con los que se deberá colaborar y cuyos recursos (unidos a los de cada nuevo Centro) se deben optimizar.

CREACIÓN DE CENTROS DE INVESTIGACIÓN SOBRE REJUVENECIMIENTO Y AUMENTO DE LA ESPERANZA DE VIDA

Rejuvenecimiento y aumento de la esperanza de vida

Comprendemos que esta propuesta pueda parecer descabellada o inquietante para algunos políticos, muchas veces demasiado encerrados en el corto plazo de los mandatos electorales de 4 años, pero para los científicos y para dirigentes y emprendedores públicos o privados que sean capaces de expandir su mente y mirar mucho más allá, se abre un futuro decisivo.

Y no sólo para todas las personas, sino para las ciudades y regiones que alberguen dichos Centros de Investigación, los cuales podrían llegar a convertir a España en una nación de vanguardia para la Economía mundial y la Esperanza de Vida… Un futuro en el que mujeres y hombres puedan disfrutar solidariamente de este maravilloso planeta durante muchos más años, y con mayor salud y progreso para todos, incluidos los jóvenes y los más necesitados.

Fuentes:

Iniciativa 2028

Harvard.edu


Autor: Alberto Muñoz | Artículos - Linkedin
Alberto Muñoz es doctor en Ciencias Químicas (Bioquímica Vegetal). Investigador y docente con 30 años de experiencia. Miembro fundador de Iniciativa 2028.

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