La nueva Presidenta del Congreso Francina Armengol, llamaba estos días al Congreso, y con enorme cinismo «el templo de la palabra», para acallar las voces de los partidos constitucionalistas que se oponían al uso de lenguas cooficiales que Francina quiere elevar en su templo particular, y sin aprobación previa de su reglamento, pero le ha surgido un problema: Las taquígrafas del Congreso se plantan.
Porque ese templo, lo están destruyendo socialistas y separatistas como describe este artículo de Paloma Cervilla en The Objective: Las transcripciones juradas llegan tarde y mal, y ello afectará a todos los procesos, especialmente a futuros debates, juicios y recursos, que se verán retrasados inútilmente, y previsiblemente manipulados en alguna palabra clave.
¿Recuerdan la acusación gratuita a Rajoy por la introducción de una palabra clave, que un letrado escribió y que le costó una moción de censura?.
Además, los españoles no podremos oír con fidelidad los debates ni las transcripciones de la proxima investidura. Solo nos mostraran los titulares de los periodicos, radios y TV subvencionados por Sánchez.
Las taquígrafas del Congreso se plantan y no se harán responsables de los textos traducidos
Las funcionarias solo se hacen responsables de la transcripción de las intervenciones en castellano.
El uso de las lenguas cooficiales (catalán, euskera y gallego) en el Congreso de los Diputados tiene unas consecuencias muy graves en el sentido de que, a partir de ahora, las taquígrafas no se hacen responsables de los textos que se publican en el Diario de Sesiones, referidos a las traducciones que los intérpretes hacen de las intervenciones en estas lenguas regionales…
Fuentes: