El sector primario es muy importante en España para nuestra soberanía alimentaria y de la salud y la desidia política está llevando a la agonía del campo. El agua, la agricultura, ganadería, pesca y cinegética son áreas clave de nuestro desarrollo que necesitan cuidados, sentido común y gestión sin ideologías.
La agonía del campo por falta de ayudas
La agricultura se está modernizando, sin ayudas, con inversiones privadas y con formación por parte de los agricultores. Las políticas son restrictivas en abonos, reduciendo a la mitad su aplicación. A su vez se pide más cantidad y más calidad, y ello necesita control y regadío.
En la España seca necesitamos una política nacional del agua. Se ve a los agricultores como unos consumidores de agua, sin pensar el peso decisivo que tiene el agua en la agricultura. De un 25% de cultivos de regadío, solo un 5% de las explotaciones tienen un sistema de agua controlado, y todo sin ayudas.
España es pionera en la agricultura de precisión, existiendo todo tipo de medidores en campo y con tecnología española que ya se está exportando a otros continentes. Tenemos sistemas de medida de consumo de agua para cada cultivo y tipo de terreno, y hay herramientas que permiten hacer mediciones en el subsuelo con sensores de precisión.
El negocio del agua
Al ser el agua un bien común, escaso y estratégico, hay actores que buscan su privatización, comenzando por el agua corriente que bebemos en casa y que pretenden que compremos embotellada, siguiendo por la política de embalses, de cuencas, de riegos, etc. En España hay agua para todos, pero desde que Zapatero canceló los proyectos de trasvases entre cuencas, han vuelto a surgir los conflictos con cada período de sequía. “Aguaiuris” es el colectivo de referencia de la sociedad civil que defiende, respecto al agua, lo que debería hacer nuestro actual Gobierno.
Contradicciones que llevan a la agonía del campo:
- La agricultura sin ayudas está haciendo frente a la obligación que impone el pacto verde de la Unión Europea.
- Usan maquinaria más ecológica con grandes inversiones, pero por el contrario se sube el precio de los carburantes.
- Se pide ahorrar agua, pero no se invierte en un plan nacional de agua.
- Se exige minimizar residuos y los pesticidas, pero no se controlan los productos que llegan de otros países con menos control.
- Se proponen ayudas al sector agrícola para una transición justa, pero se gasta más en propaganda para políticas medioambientales que no son efectivas.
- Se elabora el complicado cuaderno digital controlando toda la producción.
- Las multinacionales de energías renovables acechan las tierras.
- Durante la pandemia del COVID, fueron los agricultores y ganaderos, junto al sector pesquero, quienes aseguraron los suministros básicos.
En el sector primario y especialmente en la agricultura, se observa que es un sector complejo con exigencias y sin plan de futuro. Algunas explotaciones no tienen sucesores que continúen la profesión, normalmente por falta de inversiones para modernizar el sector.
No es lo mismo un olivar tradicional que uno intensivo, este necesita una modernización, un riego controlado y por falta de infraestructuras se pueden abandonar los tradicionales y caer en la venta y normalmente en la transformación de la zona en campos de placas solares.
En la última década ha disminuido el número de explotaciones agrarias en un 7,6%. La cuestión clave pasa por preguntarse por qué los hijos, nietos y jóvenes en general han decidido no continuar con la actividad agrícola.
Asociaciones que luchan por la agonía del campo
Una respuesta la ofrece la portavoz de la asociación SOS Rural: “La pérdida de motivación por parte de nuestros agricultores, fruto del maltrato continuado al que se les somete por parte de la Administración, ha provocado una pérdida de identidad del campo”.
Y en la misma línea de defensa del sector agrícola y ganadero actúa la Plataforma 6F que alerta sobre la asfixia que la Unión Europea y el propio Gobierno de España están provocando en el sector primario, así como la amenaza de las negociaciones con MERCOSUR, que podrá enviar a España y Europa productos con bajos niveles de control. En dichas negociaciones no se cuenta con los agricultores españoles, pero sí que están previstas las ganancias de los magnates comerciales que se aprovecharan de la situación.
Desde iniciativa 2028 invitamos a todo aquel que pueda apoyar al sector, que contacte con las plataformas SOS Rural y 6F ya citadas, pues los gobiernos europeo y español les hacen oídos sordos.
Finalmente, compartimos el siguiente artículo, que describe el envejecimiento en el sector y la falta de relevo y renovación del mismo:
Casi un 70% de los agricultores españoles hoy en activo estarán jubilados o en edad de hacerlo en una década
«La edad media de los agricultores españoles es de 62 años, más de la mitad de ellos tiene más de 65 años y casi el 70% es mayor de 56”, destaca Natalia Corbalán, portavoz de SOS Rural».
Mensaje del Presidente de S.O.S. Rural
Fuentes