La Transición nunca podrá elegir su encumbramiento: El PSOE envenenó la política y falseó la Historia. Cierto que así lo quisieron EEUU y el SPD.
Antonio Nadal
La Transición fue una impostura existiendo el PSOE. El PSOE, fue creado para destruir al PCE. El primer paso de un grupo de irresponsables, el dúo sevillano aislados por el tiempo, ausentes del antifranquismo, fue el férreo control del Partido.
Primero el El Partido, después el Gobierno, después El Estado y ahora la Sociedad. Dinámica implacable. La construcción de un “modelo” que retornase a la II República. Hay quien ignora que el dúo González-Guerra puso las bases del asalto totalitario al Poder. Bettino Craxi les informó.
LAS DEPURACIONES SOCIALISTAS
«But you see that line there moving trhoung the station?I told you,I told you i was one the those». Leonard Cohen.
Son y han sido incontables las depuraciones en el PSOE, desde 1975, sin contar, las maniobras de Suresnes. Como corresponde a un partido de Superioridad Moral, inventado tras el franquismo, los expulsados o represaliados hubieron de permanecer en silencio. Salvo los tribunales de justicia. Avergonzados, humillados y “advertidos” por la dulzura dialéctica de Guerra, temerosos de perder el empleo o ser “publicados” en la prensa del Movimiento con las mayores infamias.
La formación de un partido sobre la más estricta obediencia y colaboración, al modo leninista, con los perfiles de los militantes, adecuados a esta estrategia, fue una obra de gran envergadura dirigida por Alfonso Guerra.
Primero el partido, después el Gobierno y el Estado, después la Sociedad. Una dinámica imparable en la que se avanzó de manera vertiginosa, la mentira pasó a ser verdad, y las víctimas los verdugos, y los asesinos los encargados de juzgar los homicidios. Se extrajo de las entrañas de los monstruos, una anti-lógica que puso a prueba la debilidad de la sociedad y el poder del Estado en el cambio histórico en España.
Primero el Partido. Sin este instrumento implacable hubiese sido imposible el resto de las travesías murió UCD o así, en este caso, destruyeron a los partidos socialistas de las nacionalidades, integrándolos en el inmenso “proyecto” socialista. El Cambio, se vino a denominar.
Jamás partido democrático corrompió tan intensamente las vías, venas, músculos del cuerpo social. Ni hizo tanto daño a la Democracia española. Así mismo ninguna sociedad ha aceptado, salvo épocas totalitarias, las mentiras con tanta sumisión.
En consecuencia la desaparición y refundación del PSOE sería una de las pocas alternativas para la recuperación de la dignidad política y la creencia en los partidos políticos. Como el Partido Socialistas italiano. A modo del Partido Democrático en Italia. Así han hecho los Partidos Socialistas del Este de Europa…desaparecer y cambiar de nombre.
El miedo al Partido Socialista ha sido otro de los elementos centrales de la Historia de España. También “el colaboracionismo”. El pánico no era leve. Si trabajaban para el Partido o la UGT era fulminantemente despedida. Si eran funcionarios su ascenso estaba más que perdido. Si dependían de obras o proyectos de alguna institución gubernamental estabas abatido por el fuego ejemplarizante. Algunos cantantes como Carlos Cano (a quien después han rendido homenajes) fue “vetado” para actuaciones en lugares públicos, “público” era sinónimo de socialista, ferias de pueblos, televisiones … .así lo reconoció el propio Guerra.
En Bad Godesberg, 1959, la socialdemocracia alemana abandonó del marxismo. Supuso un cambio estratégico. El PSOE siguió manteniendo la ficción de un ala “marxista” de Guerra y otra socialdemócrata de González y la farsa ,debe reconocerse, triunfó. Aún después del “abandono” del Marxismo en 1979. A mayor abundamiento, antes de cambiar el marxismo, echaron a los “marxistas” los cuales podían serlo, pero casualmente la relación marxista-persona honesta era demasiado escandalosa para justificar una especie de “depuración” política.
Ahora, consustanciales al PSOE, las depuraciones estalinistas no se detienen. Pero la ocultación es imposible. No es diferente el silencio. La expulsión no existe y en caso de haberse producido, el militante, es un aliado de la derecha o sus facultades mentales están limitadas.
¿Puede entenderse ahora la soledad hueca de los primeros represaliados, el exilio sobre las calles pálidas de antiguos amigos? ¿Puede comprenderse al que fue un “depurado” en 1977 y lo que vino después?
No hay queja. He venido a pedir perdón. Los errores no son justificables más allá de la duda. Pero yo ayudé y mucho a la creación de la serpiente. No quiero disculpas, sino perdón. Pero nada me arrebata el dolor de la historia de todos aquellos a quien el destino o nuestras propias afinidades, nos convirtieron en amigos. Fueron depurados por ese delito. No eran seguidores, ni yo ocupaba liderazgo alguno. Pero todos ellos fueron depurados. Esa herida jamás se cerrará, otros le pidieron ser traidores y aceptaron. Pululan por escondidas oficinas, siempre pendientes de un servicio no cumplidos. Siento pena por los traidores.
El PSOE condenaba a la muerte cívica. Desaparecidos para siempre, hasta la eternidad de su poder, que iba a ser extraordinario. No hay poesía en esta desmesura. Los testimonios son innumerables.
El proyecto totalitario del PSOE ha sido más poderoso que el franquismo. Existe, claro está, la diferencia entre la muerte física y la cívica. Incluso en el proceso histórico las similitudes se agolpan. Es ahora, en la crisis del socialismo, donde se han abierto los primeros resquicios en la sociedad española. En el franquismo final había salidas, ahora comienzan a perfilarse.
Todos los regímenes terminan, pero su duración es de naturaleza histórica. Del franquismo la creación, la violenta explosión de imaginación abordo con fortaleza la decadencia de un sistema, donde la articulación social era muy débil, ya en los años 60. Del franquismo se escapaba con la dignidad asegurada, incluso los mentirosos o los franquistas añadidos se les respetó su usurpación. En el franquismo, en las cárceles, en las comisarías, conocí lo más degradado, de la parte ya muerta de unos personajes guerra civilistas que pasaban, ahora ellos, a la desaparición voluntaria o defensiva.
Pero, valerosos soldados de España, en el PSOE conocí lo más infame del futuro, que abordaban el poder sin pudor. Del franquismo salí. Del PSOE no.
El socialismo no te expulsaba solo del partido, lo hacía del sistema. Un pesado silencio, como de niebla, se apoderaba de ti. Y la dignidad o la fama renacentista, se pisoteaba con fiereza, no exenta de ignorancia. Como en el franquismo, se servía solo con la intuición de que el dúo sevillano lo deseaba. No me he encontrado con personajes más distorsionados, feroces, estúpidos, malvados e indefinibles como en el socialismo español. Esta fue, por el contrario, su grandeza. Su capacidad para unir en un momento histórico, en un segundo de la historia, a cuadros unificados como soldados miserables, a quienes solo con sal se alimentaba, a la espera del botín.
El personal del último franquismo era unívoco. Unos se enterrarían con él. Otros se avenían al futuro. El militante socialista, después hombres de poder, hombres de Estado y movilizadores sociales, carecían del sentido definitorio de lo previsible o de la lógica, supuesta actitud o comportamiento, derivado de la superioridad intelectual del “socialismo”. No habido en nuestra historia depredadores de tal gula.
No es de interés desvelar las miserias, afortunadamente, ya explicadas de este “partido”. No obstante me gustaría referir, como una de las innovaciones del socialismo del vertical: la utilización criminal de la palabra.
Fueron los abogados sus mejores exponentes. La fórmula simple. La intimidación total.
Gustaban “los socialistas” del cuchillo formal de los conceptos. Eran reuniones, asambleas, comités…como los censores del franquismo, ellos venían con las “actas”.
Una provocación planeada, en nociones injustas o diferentes, eran contestadas por los más sencillos militantes, con un rotundo: “eso es mentira”. Las terminales del subgrupo estaban preparadas. Inmediatamente se replicaba: “Que conste en acta, que me ha llamado “mentiroso”. Eso es gravísimo”. Y al Comité de Conflictos. Reinsistía el honrado militante y se anegaba de furia, hundiéndose más en las arenas movedizas.
En los más indiferentes momentos, algún incauto, lo fuimos todos, si osaba opinar sobre las orientaciones del partido mostrando discrepancias. Los leguleyos del vertical, tenían preparadas “las Actas”. Que conste en acta, que ha atacado a la Comisión Ejecutiva, al Comité Nacional, que ha aprobado tal decisión Al Comité de Conflictos.
Ante tamaña farsa la indignación de algunos militantes se incrementaba y arrastrándose más al fondo, se sumían en el Hades.
No existía problema en encontrar “testigos” que acreditaban lo que nunca habíase manifestado.
Sus versos, más que sueltos o a métricos, eran concluyentes: “Es absolutamente intolerable”. Para cerrar la lírica con un “el asunto está absolutamente zanjado”. Todo “absolutamente”.
También es cierto como escribió Homero que “la juventud y la belleza la sabiduría es escasa”