Desde Iniciativa 2028 presentamos este artículo que relata Juan Francisco Alcaraz Díaz un tema difícil, «el suicidio en la policía».
El suicidio en la policía
«Nos alejamos del momento primordial de la pasada Navidad y tres familias no pudieron celebrarla porque uno de sus miembros principales había decidido evitarla. Me estoy refiriendo a esos tres servidores públicos que en el curso de unos días del mes de diciembre, decidieron quitarse la vida porque ya no merecía la pena continuarla. Dos policías nacionales y una guardia civil, todos ellos con hijos menores, aprovechando la posibilidad de una muerte rápida, utilizaron su arma reglamentaria para acabar con el suplicio interior que ya los estaba matando poco a poco. Y ella terminó, además, con la vida de sus dos hijas».
Todo el mundo sabe que trabajar en la Policía es a menudo difícil y complicado.
El ritmo de trabajo suele ser fuerte, las responsabilidades muchas y el margen de error inexistente. El policía debe de mantenerse siempre en estado de vigilancia para poder reaccionar de manera instantánea a las incidencias que se le presentan. Hay turnos de trabajo que son agotadores, bien sea de día o de noche, porque la seguridad pública debe de estar garantizada las 24 horas del día.
Reconociendo que más allá de cierto límite no hay nada que hacer o muy poco para reducir las tensiones que se producen en muchos servicios policiales, se carece de formación inicial para poder combatir esta clase de problemas. Al personal policial no se le enseña a estar preparado para enfrentarse al estrés cotidiano, esté o no relacionado con su trabajo. Desconocen los diferentes métodos existente para luchar contra la ansiedad para evitar que la misma se convierta en un obstáculo en su vida diaria.
Algunas veces, el policía no puede por si mismo hacer frente al problema de agobio y necesita la ayuda psicológica especializada, tanto para ellos como para sus familiares, para poder superar cualquier situación crítica que les pueda llevar al alcoholismo o al fracaso matrimonial como ahora parece haber ocurrido. O a la inversa como en otras ocasiones pasa. Sea por una razón u otra, hay que decidir así si es capaz de continuar con su trabajo o debe darse de baja para su servicio ordinario para poder retirarle la pistola que tenga asignada.
Hace dos años, ante la intensidad de los casos de este tipo de muerte en los cuerpos policiales, la Secretaría de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio de Interior, puso en marcha el Plan de Promoción de la Salud Mental y Prevención de la Conducta Suicida en la Policía y la Guardia Civil que no ha logrado reducir el número de fallecidos en ambos cuerpos. Las cifras asustan por sí mismas : cada año, casi 20 miembros de una u otra institución policial se quitan la vida. En el año 2.021, se suicidaron 34 agentes, 17 en cada cuerpo de seguridad. En el pasado año 2.022, 13 guardias civiles y 8 policías nacionales han seguido el mismo camino.
Las circunstancias personales están detrás del 95% de estos casos de fallecimiento pero el estrés laboral, el acceso fácil a las armas o las experiencias traumáticas en su trabajo empeoran o desencadenan la tragedia.
Frente a esto, los sindicatos policiales insisten en desarrollar más el Plan de Prevención ya existente porque los recursos asignados son insuficientes ( la Guardia Civil apenas dispone de 50 psicólogos para 83.000 guardias ) y también en aumentar los Puntos de Atención en la Policía Nacional. Ambas carencias motiva que los guardianes de nuestra seguridad confundan el suicidio con una salida a sus problemas.
Hasta ahora, conseguir datos sobre estos suicidios era un tema tabú y solo se facilitaba la cifra genérica. Este gobierno socialcomunista que un día sí y otro también no para de presumir de transparencia, niega las demás circunstancias de estos lamentables hechos, la edad de las víctimas, su sexo y la provincia de destino de los agentes. Explica que no puede detallarlos porque a estos datos pudiera serle de aplicación, las cautelas recogidas en la Resolución de la Presidencia del Congreso de los Diputados sobre Secretos Oficiales de 11 de mayo de 2004, al encontrarse los mismos clasificados como materia reservada con arreglo a lo dispuesto en el Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986 por el que se clasifican determinados asuntos y materias con arreglo a la Ley de Secretos Oficiales.
Hasta el año 2.020 lo poco que se conoce, se debe -curiosamente- a una pregunta parlamentaria del diputado de EH BILDU, Jon Iñarritu, cuya respuesta se publicó en en el Boletín Oficial del Congreso de los Diputados y era bastante alarmante: casi 400 agentes de los cuerpos policiales del Estado, se habían quitado la vida en las dos últimas décadas. La Guardia Civil era la organización policial que más había sufrido esa lacra, con 235 casos y la Policía Nacional 160.
En el mundo policial, es muy frecuente que un agente conozca a algún compañero que se ha quitado la vida con su arma reglamentaria y se está llegando en la actualidad a una media de suicidios cada vez mayor. Y todos nos sentidos dolidos cuando el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 9 de septiembre de 2.020 lamentó en un Pleno del Senado públicamente el suicidio en prisión de un etarra, cuando no lo ha hecho por ninguno de los agentes fallecidos.
Juan Francisco Alcaraz Díaz
Fuentes: