Altos cargos políticos europeos han dimitido por irregularidades. En Bulgaria han relevado incluso al Gobierno completo.
Los casos de acoso sexual a mujeres y corrupción económica de los cargos nombrados directamente por Pedro Sánchez a imagen y semejanza o la financiación del PSOE suponen un escándalo diario.
Y en el artículo que sigue: «La «Sepi paralela», la ‘sede vacante’ y la casa de Ábalos», Ketty Garat describe en el periódico The Objective, el modo de operar en el caso de la SEPI.
Y todo esto es una mínima parte de lo que sucede en el PSOE y en España.
Pero la mancha se ha extendido a los cómplices de esta corrupción que siguen apoyando o no dejan de votar a Sánchez: Felipe González, Alfonso Guerra, Emiliano Garcia-Page, los partidos separatistas junto a Sumar y Podemos. Incluso con sus abstenciones los que creen que existe un PSOE bueno, como Feijóo o los que se abstienen por conveniencias como Vox.
Hay que ir todos contra Sánchez, que va camino de convertirse en el mayor corrupto de la historia de España.
La «Sepi paralela», la ‘sede vacante’ y la casa de Ábalos
En marzo de 2021, María Jesús Montero nombró a Belén Gualda presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tras casi 600 días de ‘sede vacante’. Habían pasado diecisiete meses desde que, en octubre de 2019, Vicente Fernández Guerrero dimitiera como presidente de la SEPI tras su imputación en el caso de la mina de Aznalcóllar. La entonces ministra de Hacienda guardó el puesto a su amigo Vicente, a quien se había traído de Sevilla y con el que había trabajado en la Junta de Andalucía…
