La corrupción no es un accidente: es un sistema. Y en el caso del PSOE, ese sistema parece haber alcanzado niveles de sofisticación y descaro que exigen una respuesta ciudadana contundente. El dossier que vincula al exministro José Bono con una trama internacional de tráfico de influencias y sobrecostes en República Dominicana no es un hecho aislado: es una pieza más en el engranaje de una maquinaria política que ha convertido el Poder en botín.
El caso Bono: contratos, comisiones y silencio cómplice
Según el informe entregado por el periodista Alvise Pérez a la Fiscalía dominicana, Bono estaría implicado en una red de venta irregular de material policial, con contratos inflados, facturas sospechosas y transferencias bancarias que apuntan a una operación de saqueo institucional. Más de 300 páginas documentan cómo el exministro socialista habría utilizado su influencia para beneficiar a empresas afines, en una operación que podría derivar en un proceso judicial internacional.
Lo más grave no es solo la presunta corrupción, sino el blindaje político que ha rodeado a Bono durante años. Mientras se acumulan las pruebas, el PSOE guarda silencio o, peor aún, lo defiende públicamente.
La red socialista: Ábalos, Cerdán, Koldo y el círculo de Sánchez
El caso Bono se suma a una serie de escándalos que cercan al núcleo duro del PSOE:
- José Luis Ábalos, exministro de Transportes, implicado en presuntos amaños de contratos públicos.
- Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, señalado por la UCO como “el que desbloquea todo” en una trama de adjudicaciones amañadas.
- Koldo García, hombre de confianza de Ábalos, vinculado a constructoras beneficiadas por contratos públicos.
- La familia de Pedro Sánchez, incluida su esposa y su hermano, bajo investigación por presuntas irregularidades en subvenciones y tráfico de influencias.
Este mapa de corrupción socialista, no es una coincidencia: es el reflejo de una cultura política basada en el clientelismo, el nepotismo y la impunidad.
El modus operandi: cómo opera la corrupción socialista
- Captura institucional: colocación de afines en puestos clave (fiscalía, judicatura, medios).
- Adjudicación dirigida: contratos públicos a empresas vinculadas, con sobrecostes y comisiones.
- Blindaje mediático: control de narrativas, desinformación y ataques a denunciantes.
- Internacionalización del saqueo: como en el caso dominicano, exportación de redes corruptas a países con menor control institucional.
¿Dónde está la justicia ante la red socialista?
La Unidad Central Operativa (UCO) ha hecho su trabajo. La Fiscalía dominicana también. Pero en España, los procesos se dilatan, los Jueces se presionan y los medios callan. ¿Cuántos años más deben pasar para que estos delitos se juzguen con rigor? ¿Cuántos ciudadanos deben ser estafados para que se rompa el pacto de silencio?
Conclusión: no es solo corrupción, es traición
Cada euro robado es una escuela que no se construye, un hospital que no se equipa, un joven que no encuentra futuro. La corrupción socialista no es solo un delito: es una traición al pueblo. Y como tal, debe ser juzgada, condenada y erradicada.
Este informe no es un cierre, sino una llamada. A la acción, a la denuncia, a la organización. Porque si el PSOE ha convertido el Estado en su cortijo, es hora de que la ciudadanía recupere lo que es suyo.
Fuentes:
José Bono, acorralado: la UCO y la justicia dominicana le cercan
José Bono defiende a Sánchez mientras sigue la polémica por sus …




