Cuando la libertad necesita padrinos

Cuando la libertad necesita padrinos

Elena Ramallo, doctora en Derecho, investigadora y experta en derechos humanos, se ha convertido en símbolo involuntario de una de esas batallas que incomodan a todos: la libertad de expresión frente al islamismo que ha invadido Occidente, y concretamente nuestro país. Una lucha por los derechos fundamentales, en concordancia con la Constitución española, basada en los principios de libertad, igualdad y dignidad que sustentan una democracia.
Cuando la libertad necesita padrinosLo más llamativo no fue la amenaza —que ya es grave—, sino la reacción institucional, o mejor dicho, la ausencia de esta. En el Congreso, los partidos políticos con representación ni siquiera quisieron recibirla, y durante semanas su comparecencia en la Asamblea de Madrid fue vetada. No por la izquierda, cuya posición ya se conoce, sino por el Partido Popular, ese que se autoproclama defensor de los “valores occidentales”, pero que a veces actúa como si temiera ofender a quienes no los comparten.
Únicamente VOX ha decidido coger el toro por los cuernos. Ha invitado a Ramallo a comparecer en la Asamblea, permitiendo que su voz sea escuchada y rompiendo la censura. Y, aquí es donde empieza el verdadero debate: ¿estamos ante una defensa legítima de la libertad y los valores democráticos, o ante una estrategia política para marcar perfil?

PP: entre la moderación y el miedo escénico

Nadie discute que el Partido Popular intenta representar a una derecha institucional y moderada. Sin embargo, esta moderación se ha convertido en inacción. En su afán por lo políticamente correcto y su temor a parecer “radical”, ha dejado de defender lo que es legítimo, lo que convierte al PP en un partido que no representa los valores de quienes lo votan.
El caso Ramallo es el ejemplo perfecto: en lugar de proteger a una profesora amenazada por decir la verdad, prefirió mirar hacia otro lado. ¿El motivo? ¿Temor a que se interpretara como islamofobia? ¿Miedo al ruido mediático? ¿Puro cálculo electoral?

El problema no es solo el veto. El problema es el mensaje que eso transmite: que hay víctimas de primera y de segunda. Y que la libertad de expresión, si incomoda a ciertos colectivos, se archiva, mientras Occidente se pliega al radicalismo islamista y se borra nuestra esencia humanista y cristiana.

Vox: la firmeza como relato

VOX ha sido el único partido dispuesto a dar altavoz a Ramallo, y lo ha hecho con su estilo característico: sin matices, sin pedir permiso y con un lenguaje que incomoda tanto como seduce a su electorado. ¿Es puro marketing político? Seguramente. Pero también es coherencia ideológica. VOX lleva años denunciando la autocensura frente al islamismo radical y este caso les ha venido como anillo al dedo. Lo han aprovechado, sí, pero también han cumplido su promesa: no callar ante el fanatismo.

El silencio como complicidad

Hay una pregunta que deberíamos hacernos todos: ¿por qué un hecho como este no genera un consenso transversal? ¿Por qué no están todos los partidos, sin excepción, defendiendo a Ramallo?

Porque el miedo ha colonizado el discurso público. Miedo a que te llamen racista. Miedo a que te señalen. Miedo a que una verdad molesta acabe en trending topic… pero por las razones equivocadas.
Ese miedo es la forma más sofisticada de censura. Y si lo aceptamos, la batalla está perdida.

La libertad de expresión no es negociable (aunque lo parezca)

La libertad de expresión es el pilar sobre el que se construyen las sociedades democráticas. Pero en España, parece que esa libertad está condicionada. Puedes decir lo que quieras, siempre que no toques ciertos temas. Siempre que no cuestiones ciertos dogmas. Siempre que no molestes a los que han aprendido a usar la sensibilidad como escudo ideológico.
Eso no es libertad. Eso es sumisión disfrazada de prudencia.

Epílogo sin consigna

Elena Ramallo ha sido invitada a hablar, sí. Pero lo ha sido a pesar del sistema, no gracias a él. Eso debería incomodar a todos. En lugar de protegerla desde el minuto uno, hubo quien prefirió silenciarla. La buena noticia es que, al final, su voz sonará en sede parlamentaria. La mala es que, para que eso ocurriera, tuvo que venir alguien a romper el tabú.
En tiempos como estos, la libertad necesita padrinos. Y lo triste es que muchos de los que deberían serlo están demasiado ocupados calculando encuestas.
Personas como Elena Ramallo representan el sentir de miles de españoles que se sienten sin voz, y a quienes ella ha logrado dársela. Por eso, su valentía debe ser entendida como la lucha de todos.

“La libertad no debería tener dueño, pero en esta España nuestra, hasta el sentido común necesita invitación para entrar en el Parlamento.”


Cuando la libertad necesita padrinos-Elena RamalloElena Ramallo

  • Doctora investigadora en el ámbito del Derecho.
  • Doctora en Derecho e investigadora en Inteligencia Artificial aplicada a la Justicia.
  • Vida académica y profesional dedicada a la defensa de los Derechos Humanos y a la construcción de una sociedad basada en los principios fundamentales del Estado de Derecho: libertad, igualdad y dignidad para todas las personas que viven en España y Europa. (+Info)

STOP a la Islamización

 

Fuentes

i28


Autor: Redacción | Artículos
Equipo de redacción de Iniciativa 2028

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