Crónica del Jubileo de los Seminaristas – Roma 2025

Crónica del Jubileo de los Seminaristas – Roma 2025

Roma vibró el pasado 24 de junio de 2025 con el eco de más de 4.000 voces llegadas de todo el mundo, incluidas delegaciones notables de seminarios españoles, decididas a renovar su compromiso con la vocación sacerdotal. En San Pedro, bajo la luz reverente de los frescos y el murmullo de la fe, el Papa León XIV les recordó que no son meros aspirantes: son peregrinos de la esperanza y “testigos de palabra que salva”.

Con una sonrisa afectuosa y dominando tanto el italiano como el español, el Pontífice les habló sin ambigüedades: “Gracias por haber aceptado con valentía… ¡No tengan miedo!”. En esos momentos se palpaba algo más que entusiasmo: seminarios enteros de España, agrupados por círculo íntimo, tomaban notas, se miraban con complicidad y asimilaban cada palabra como un mapa para la misión.

Habló también del corazón, ese territorio interno donde espera la llamada de Dios. “Bajar al corazón da miedo, hay heridas”, admitió el Papa, invitándolos a abrazar ese riesgo para aprender a estar cerca de los que sufren. Había rostros españoles que afloraban con atención, como si cada frase fuera una semilla de futuro, creciendo hacia vocaciones en parroquias de pueblos y ciudades de la península.

El mensaje no fue solo espiritual, también fue pastoral: sembrar gratitud, gratuidad y misericordia en una cultura centrada en lo individual, ser “puentes y no obstáculos”. Muchos seminaristas españoles se emocionaron, aceptando la invitación a hacer de la propia vida un don, antes incluso de la ordenación.

En el testimonio, el responsable del Jubileo para España, don Francisco Julián Romero Galván, recordó que el impulso nació en febrero con un Congreso Nacional de Vocaciones: “Queremos que cada diócesis interpele desde la infancia con la gran pregunta: ¿Para quién soy yo?”. Una estrategia concreta que resuena en Roma y da cuerpo a las palabras del Papa.

Un episodio que quedó grabado fue la peregrinación por la Puerta Santa en la madrugada, envueltos en cantos y velas. En la Basílica se vivieron abrazos y bendiciones: León XIV estrechó manos, bendijo rosarios, agradeció regalos y se detuvo, gesto por gesto, con quienes buscaban su mirada. Los ojos de muchos seminaristas españoles reflejaban no solo emoción, sino una determinación renovada.

Ese día no fue un fin, sino un comienzo. Los seminaristas regresan a España con el eco de una invitación clara: nutrirse en la oración, ser comunidad, cultivar interioridad y testimoniar una fe encarnada. Consciente de los retos culturales, redes, IA, narcisismo, el Papa les exhortó: sean valientes, sean proféticos, que el corazón de Cristo palpita en cada uno.

José Antonio, seminarista de Toledo, lo resumió así a la salida de la basílica: “Es como si me hubiera hablado a mí directamente. Esta misión no es una carga, es una llama. Y ahora sé que no camino solo”.

*Fuente: Vatican News, entrevista incluida en la cobertura oficial del evento.*

 

Fuentes consultadas:

Vatican News.


Autor: Manuel Garrido | Artículos - Twitter
Manuel Garrido es un experto en comunicación digital en Internet, especializado en el sector de la política y campañas electorales online.

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