El desembarco de Alhucemas aparece como referencia en numerosos tratados y textos de historia militar internacional.
Alhucemas
El 8 de septiembre de 1925, España protagonizó en Alhucemas el primer gran desembarco anfibio moderno, coordinando Ejército, Marina y Aviación. Esta operación, considerada antecedente de Normandía, supuso un giro decisivo tras el Desastre de Annual (1921) y quebró la resistencia de Abd el-Krim.
El plan, diseñado con apoyo francés, incluyó convoyes desde Ceuta y Melilla, carros de combate Renault FT y un estricto control informativo con maniobras de distracción en Uad Lau y Sidi Dris. Legionarios, Regulares, tropas peninsulares y un batallón de Infantería de Marina ejecutaron el desembarco, respaldados por aviación hispano-francesa y los acorazados Jaime I y Alfonso XIII. La logística sanitaria, organizada por la Cruz Roja y el cirujano Mariano Gómez Ulla, permitió evacuar centenares de heridos.
El coste fue alto —361 muertos y 1.875 heridos—, pero la victoria consolidó la posición española y aceleró la rendición rifeña en 1926. Hoy, recordar Alhucemas es un acto de justicia histórica y un ejemplo de estrategia y coraje.
En siguiente artículo: «Alhucemas, algo para recordar», es algo largo, pero se lee como una novela fascinante que explica lo que el Gobierno oculta.
Pero en España, el Gobierno socialcomunista y nuestra Ministra de la Indefensión lo ocultan. No han permitido su conmemoración, a pesar de haber sido propuesta por autoridades militares y civiles.
¡Estamos hartos de los vetos a España de Sumar, Podemos y los separatistas!
Alhucemas, algo para recordar
«Hay memoria que parece que no queremos guardar. Alhucemas, escenario de decisiones y actos de valor que la Historia a veces relega, invita a mirar más allá del calendario y del mapa. Entre el coraje de quienes la vivieron y el relato cívico que resiste al tiempo, asoman lecciones de humanidad, estrategia y sacrificio. Recordar Alhucemas no es solo rescatar el pasado, es decidir qué dejamos que el olvido se lleve»…