Sílvia Orriols, Alcaldesa de Ripoll y cara visible de Aliança Catalana, no ha dejado de ganar protagonismo en los últimos años. Su estilo directo, su retórica incendiaria y su manera de hablar sin filtros la han convertido en una figura polémica, especialmente por sus declaraciones sobre inmigración, identidad catalana y su rechazo abierto a España. Lo preocupante no es solo lo que dice, sino desde dónde lo dice: un Cargo Público. Y eso cambia las reglas del juego.
UN DISCURSO QUE NO DEJA INDIFERENTE A NADIE
En uno de sus vídeos más recientes, Orriols lanza frases como: “En España nadie tiene ni idea de lo que está pasando en Ripoll, en Cataluña. Están completamente anestesiados. Y cada vez que alguien levanta la voz… lo llaman fascista. ¡Ya basta!” Y concluye con una afirmación que ha generado bastante ruido: “Hay que dejar de obedecer al Estado español. No es nuestro Estado, es nuestro enemigo.” Palabras como estas, pronunciadas desde una alcaldía, no son solo opiniones personales. Tienen un peso institucional. Y muchos las ven como un desafío directo al sistema democrático y a la convivencia entre territorios.
LO QUE DICEN LOS MEDIOS
Algunos de los principales medios han sido claros a la hora de interpretar su discurso. Por ejemplo: “La Generalitat multa con 10.000 euros a la líder de la ultraderecha catalana por xenofobia” — El HuffPost, agosto de 2024. “Silvia Orriols, la xenófoba que gobierna Ripoll” — Diari Públic, junio de 2023. “Orriols, una figura emergente del nacionalismo catalán con discurso xenófobo” — El País, abril de 2024. “La líder de Aliança Catalana, señalada por sus mensajes racistas y xenófobos” — Crónica Gloval marzo de 2024.
Estos titulares reflejan cómo ha sido recibida su forma de hacer política por una parte importante de la sociedad.
NO SON CASOS AISLADOS
A lo largo de los últimos años, Orriols ha dejado un rastro de declaraciones polémicas. Algunas de las más comentadas han sido: “El Estado español quiere aniquilar la raza catalana con inmigrantes conflictivos.” “Con tanto andaluz y tanto musulmán, nadie hablará catalán en Cataluña.” “¡Viva Cataluña y muera España!” No se trata solo de una cuestión ideológica. Hay quienes ven en este tipo de frases un intento claro de sembrar división, levantar muros entre culturas y alimentar el resentimiento.
¿Y LA LEY, QUÉ DICE?
La Generalitat ya ha tomado medidas. En 2024 le impuso una multa de 10.000 euros por un discurso en el que asociaba la inmigración islámica con agresiones sexuales, mutilaciones genitales y matrimonios forzados. Fue una decisión administrativa, no judicial, pero envió un mensaje claro: ese tipo de declaraciones no pueden quedar sin respuesta. Expertos en derecho han advertido que estos mensajes rozan —y en algunos casos cruzan— los límites de lo que se puede considerar libertad de expresión.
UNA PREOCUPACIÓN CADA VEZ MÁS EXTENDIDA
El problema no es solo lo que dice, sino el eco que tiene. Porque hay personas que la escuchan, que repiten sus palabras, y que empiezan a asumir como normales ideas que antes eran impensables. Y cuando eso pasa desde un cargo público, el riesgo se multiplica.
CONCLUSIÓN
Lo de Sílvia Orriols va más allá de un estilo polémico o una postura política.
- Su forma de comunicar, su manera de dividir, pone en juego algo más grande: la salud democrática y la convivencia.
- Cuando un cargo electo convierte la Política en una trinchera, deja de representar a todos para pasar a enfrentar a unos contra otros.
- Y ahí es cuando el problema no es solo lo que dice, sino lo que permite: que el odio se normalice, que el respeto se pierda y que el futuro se fragmente.
Algunas ideas no deberían tener espacio en las Instituciones. Y no por censura, sino por responsabilidad.
Sílvia Orriols-Entrevista
FUENTES CONSULTADAS
1. El HuffPost
2. Diari Públic
3. El País
5. i28