El objetivo de este artículo es analizar la longevidad en hombres en función de la profesión que han desempeñado a lo largo de su vida. La hipótesis inicial que me planteé de forma intuitiva, era los hombres que desempeñan profesiones con un alto componente intelectual y una baja actividad física viven más que el resto de la población o los que han practicado mucho deporte. Este análisis se ha llevado a cabo usando la reciente función de «Investigación en Profundidad» de ChatGPT y los resultados han sido muy interesantes.
Índice
- 1 Introducción
- 2 Profesiones intelectuales o sedentarias y longevidad
- 2.1 Sacerdotes y vida religiosa
- 2.2 Profesores universitarios y académicos
- 2.3 Escritores y artistas creativos
- 2.4 Músicos clásicos y longevidad
- 2.5 Profesionales del derecho: abogados, notarios, procuradores y jueces
- 2.6 Jugadores de ajedrez
- 2.7 Deportistas profesionales
- 2.8 Obreros manuales y mineros
- 2.9 Militares y personal de las fuerzas armadas
- 3 Conclusiones
Introducción
Diversos estudios han observado que la profesión u ocupación de una persona puede influir en su longevidad y esperanza de vida. En hombres de Europa y Estados Unidos se han documentado diferencias significativas en la edad promedio de fallecimiento según el tipo de trabajo realizado a lo largo de la vida (ref). Generalmente, las ocupaciones de mayor estatus socioeconómico y menos riesgo físico tienden a asociarse con vidas más largas, mientras que los trabajos manuales duros o peligrosos muestran una esperanza de vida menor que la media (ref). A continuación, se comparan grupos específicos de profesiones intelectuales o sedentarias (p. ej., sacerdotes, escritores, músicos clásicos, profesores universitarios) versus profesiones físicamente exigentes (p. ej., deportistas profesionales, obreros, mineros, militares), con base en investigaciones científicas y datos estadísticos recientes.
Profesiones intelectuales o sedentarias y longevidad
Las ocupaciones predominantemente intelectuales o sedentarias suelen estar asociadas a una mayor longevidad masculina en comparación con la media poblacional. En muchos casos, quienes desempeñan estos roles disfrutan de mejores condiciones de vida, acceso a salud, menor exposición a peligros físicos laborales y estilos de vida más saludables, lo que se refleja en su esperanza de vida. Sin embargo, existen matices según la profesión específica.
Sacerdotes y vida religiosa
Distintas investigaciones señalan que los sacerdotes y miembros del clero suelen vivir más que la población general masculina. Un estudio sobre 300 sacerdotes jesuitas fallecidos en España entre 2014 y 2020 encontró una edad media al morir de 86,4 años, muy superior a la media nacional de varones ,aproximadamente 80 años (ref). Más del 85% de esos religiosos superaron los 80 años de edad (ref).. De forma similar, otros análisis indican que el clero católico alcanza en promedio los 80–85 años, unos 10 años más que la media de la población masculina (ref).. En Polonia, por ejemplo, la mediana de edad de muerte de miembros del clero masculino fue de 82 años, ubicándolos entre los grupos más longevos estudiados (ref).
Varios factores podrían explicar la notable longevidad del clero. La vida comunitaria, el apoyo social, la estabilidad económica relativa y la ausencia de hábitos de riesgo (como abuso de alcohol o tabaco) pueden contribuir positivamente (Comillas). Asimismo, la participación regular en actividades religiosas se ha asociado con mejor salud y mayor esperanza de vida, con algunas estimaciones que sugieren hasta 7 años adicionales de expectativa de vida para las personas con alta afiliación religiosa (ref). Aunque existen debates metodológicos, parece consistente que el estilo de vida ordenado y con propósito de los sacerdotes actúa como factor protector de longevidad.
Profesores universitarios y académicos
Las personas dedicadas a actividades académicas e intelectuales de alto nivel –como profesores universitarios, investigadores y científicos– también presentan, en promedio, una vida más larga. El nivel educativo elevado y las condiciones laborales menos físicas contribuyen a este fenómeno. Un extenso análisis en Polonia que examinó la élite de distintas profesiones halló que los científicos y docentes universitarios tenían una edad mediana de fallecimiento en torno a 82–84 años en los hombres, situándose entre los más longevos de la muestra (ref). En particular, los académicos de áreas biomédicas alcanzaron una mediana de 84,0 años, mientras que los de otras especialidades promediaron 82,0 años, muy por encima de la población general masculina, que suele rondar los 75–80 años (ref).
Estos datos coinciden con análisis demográficos que muestran que los hombres con ocupaciones profesionales o de alta calificación viven varios años más que aquellos en trabajos manuales. Por ejemplo, en Francia en 2018 la esperanza de vida a los 35 años para un varón en ocupación alta era de ~50 años adicionales (es decir, vivir hasta ~85 años), mientras que para un obrero manual era de ~44 años adicionales (vivir hasta ~79 años). La diferencia de ~6 años ilustra la ventaja en longevidad de las profesiones intelectuales. Entre las razones se incluyen mejores ingresos y acceso sanitario, menor desgaste físico, y posiblemente una mayor educación en salud que conduce a estilos de vida más saludables (menor tasa de tabaquismo, dieta equilibrada, etc.).
Escritores y artistas creativos
Dentro de las ocupaciones intelectuales, los escritores, artistas y otros creadores presentan un panorama más heterogéneo. Si bien realizan un trabajo principalmente sedentario e intelectual, sus patrones de longevidad no siempre superan a la media, posiblemente debido a factores de estilo de vida (estrés creativo, horarios irregulares, mayor incidencia histórica de tabaquismo o alcohol, etc.).
Un estudio que analizó 1.000 obituarios de personas notables publicados en The New York Times encontró que aquellos dedicados a ocupaciones creativas (escritores, compositores, pintores, etc.) tenían una edad promedio de fallecimiento de 78,5 años (ref). Este promedio, aunque similar a la esperanza de vida masculina general en EE. UU., fue menor que el de otras ocupaciones de alto estatus en el mismo estudio (por ejemplo, políticos o empresarios). De hecho, los creativos y artistas tenían, junto con atletas y actores, las vidas más cortas dentro de ese grupo de élite analizado.
Cabe destacar que la creatividad en sí no implica menor longevidad, sino posiblemente ciertos hábitos asociados a las industrias artísticas. En el análisis mencionado, se observó que las muertes por cáncer de pulmón fueron significativamente más frecuentes entre artistas y deportistas (7,2% fallecieron por esta causa) que entre profesionales de otros campos exitosos (ref), lo que sugiere mayores tasas de tabaquismo u otras sustancias en las carreras artísticas de alto nivel. Sin embargo, no todos los escritores o artistas tienen estas conductas, y muchos logran edades avanzadas, especialmente aquellos con estilos de vida más equilibrados.
Músicos clásicos y longevidad
En el ámbito de la música clásica, a menudo se ha comentado la notable longevidad de muchos intérpretes y compositores. Si bien los músicos enfrentan estrés por presentaciones y largas horas de práctica (y en ocasiones problemas de salud como lesiones musculoesqueléticas o pérdida auditiva), no están expuestos a altos riesgos físicos o a estilos de vida tan nocivos como otros entornos musicales más modernos.
Existen numerosos ejemplos de músicos clásicos masculinos que han vivido hasta edades muy avanzadas: el pianista Arthur Rubinstein actuó públicamente hasta pasados los 80 años y murió con 95; el violonchelista Pablo Casals continuó tocando diariamente hasta su fallecimiento a los 96 años; el director y compositor Pierre Boulez influyó en la música hasta los 90 años, por mencionar algunos (ref).
Esta tendencia anecdótica sugiere que una vida dedicada a la música puede brindar propósito y actividad mental constante, factores asociados a un envejecimiento saludable. De hecho, un estudio sobre más de 49.000 personas creativas concluyó que aquellos que escuchan o se involucran con música clásica tienen más probabilidades de vivir más tiempo, potencialmente ligado a las capacidades cognitivas y hábitos que desarrollan los músicos clásicos.
Además, la música ofrece una fuente de satisfacción vital; investigaciones recientes destacan que tener un propósito en la vida se correlaciona con menor riesgo de enfermedad cardiovascular, ictus y Alzheimer. En suma, aunque no todos los músicos clásicos rompan récords de longevidad, en promedio este colectivo no sufre las reducciones de esperanza de vida que sí se observan en músicos de géneros con hábitos menos saludables.
Profesionales del derecho: abogados, notarios, procuradores y jueces
Los profesionales del ámbito jurídico también presentan una longevidad destacada, especialmente aquellos con cargos estables o de alta responsabilidad, como notarios o jueces. Estos colectivos tienden a combinar un alto nivel educativo, condiciones laborales favorables y buena remuneración, lo que se traduce en un mayor acceso a recursos sanitarios, menos estrés físico y una vida laboral prolongada con retiro digno.
Un estudio polaco sobre élites profesionales encontró que los profesionales del derecho (categoría que incluía jueces, abogados y notarios) tenían una edad mediana al fallecer de 82 a 83 años, comparable a la de los académicos y ligeramente superior a la media nacional masculina. En el caso particular de notarios, se ha observado que tienden a mantener la actividad profesional hasta edades avanzadas, lo cual podría estar vinculado al mantenimiento de la agudeza mental y sentido de propósito, factores protectores del envejecimiento.
En cuanto a los jueces, en países europeos con estadísticas disponibles, los estudios de longevidad suelen ubicar su esperanza de vida en torno a 82–85 años, dependiendo del nivel del tribunal y de si se trata de jueces en ejercicio o retirados. Por su parte, abogados y procuradores pueden tener una longevidad más variable según el nivel de estrés, la carga laboral y la estabilidad económica, pero tienden a vivir más que la media masculina general gracias a su estatus socioeconómico y estilo de vida urbano.
Jugadores de ajedrez
El colectivo de jugadores de ajedrez, especialmente aquellos con títulos internacionales como Grandes Maestros (GM) y Maestros Internacionales (IM), ha demostrado una longevidad superior a la media. Un estudio publicado en PLOS ONE en 2016, que analizó ajedrecistas de élite en 28 países, concluyó que estos jugadores vivían entre 83 y 87 años de media en países desarrollados, frente a los 75–80 años de la población masculina general. Esta longevidad es comparable a la de atletas olímpicos y académicos de alto nivel.
Las razones podrían ser:
- Estimulación mental constante, que se asocia con menor deterioro cognitivo.
- Actividad física limitada, pero acompañada de un entorno de competición moderado.
- Mejor estatus socioeconómico relativo dentro del ámbito intelectual.
- Bajo riesgo físico y estilos de vida relativamente estables.
Además, figuras destacadas como Viktor Korchnoi (fallecido a los 85 años), Anatoly Karpov o Garry Kasparov representan ejemplos de longevidad activa en el ajedrez. El estudio sugiere que la combinación de actividad cerebral intensa con un entorno no físicamente riesgoso tiene efectos positivos sobre la longevidad.
Tabla 1. Longevidad observada en ocupaciones intelectuales/sedentarias (hombres)
Ocupación | Longevidad promedio observada (hombres) |
---|---|
Ajedrecistas | Edad media al morir ≈83–87 años entre jugadores titulados (Plos One). |
Sacerdotes / clero | Edad media al morir ≈82–86 años, unos 6–10 años más que la media (Comillas). |
Militares altos mandos | Altos mandos retirados: promedio ≈84 años (muy longevo) psmag. com. |
Juristas (jueces, notarios, abogados) | Edad media al morir ≈82–85 años en promedio. |
Profesores univ. / científicos | Mediana al morir ≈82–84 años en élites académicas masculinas (National Library of Medicine), superior a la media general masculina. |
Músicos clásicos | Muchos alcanzan los 80+ años; múltiples casos documentados superan los 90 años (Oxford Institute of Population Ageing). |
Escritores / artistas | Edad media al morir ≈78–79 años en creadores notables (Pacific Standard), cercana a la media general. |
Población general | Edad media al morir ≈75–80 años en promedio. |
Profesiones físicamente exigentes y longevidad
Por contraste, las ocupaciones que implican gran esfuerzo físico, riesgo o estrés corporal suelen asociarse con una longevidad menor en los hombres. El desgaste del cuerpo, la exposición a lesiones o sustancias peligrosas, así como condiciones laborales más duras, influyen negativamente en la salud a largo plazo. A continuación se analizan varias profesiones físicamente demandantes.
Deportistas profesionales
Los deportistas de élite constituyen un caso interesante, ya que la práctica regular de ejercicio se relaciona con beneficios de salud y una mayor esperanza de vida general; sin embargo, el deporte profesional conlleva entrenamientos extremos, estrés competitivo e incluso lesiones que pueden contrarrestar esos beneficios. La longevidad de los atletas ha sido objeto de debate científico. Estudios amplios sugieren que, en conjunto, los atletas de alto nivel tienden a vivir algo más que la población general de la misma edad.
Por ejemplo, un análisis polaco de élites mostró que la mediana de edad al morir de atletas masculinos fue ~77 años, superior a la media de los hombres polacos en general, aunque inferior a casi todos los otros grupos profesionales de estatus alto analizados. De hecho, en esa comparación, los deportistas estuvieron al final de la lista en longevidad (solo equiparables a músicos de entretenimiento) (National Library of Medicine).
Del mismo modo, entre personajes notables con obituario en el NYTimes, los atletas tuvieron la menor edad promedio al fallecer (77,4 años), por debajo de políticos, académicos o empresarios (Pacific Standard).
No todos los deportes impactan igual en la salud a largo plazo. Los atletas de disciplinas de resistencia (como maratón, ciclismo, natación de fondo) mostraron en el estudio polaco una mediana ligeramente mayor (≈78 años) que otros deportistas, mientras que quienes practicaron deportes de contacto o equipo (fútbol, boxeo, etc.) presentaron medianas más bajas (≈75 años).
Esto sugiere que las disciplinas aeróbicas de largo aliento podrían favorecer la longevidad más que aquellas con golpes o alto riesgo traumático. Entre los factores negativos señalados para la longevidad de deportistas profesionales se incluyen el sobreentrenamiento, las lesiones (por ejemplo, traumatismos craneales en deportes de contacto), el estrés competitivo intenso y, en algunos casos, el uso de sustancias dopantes o analgésicos a largo plazo. Tras retirarse, algunos atletas también pueden adoptar estilos de vida menos saludables que reducen sus ventajas iniciales.
Pese a ello, cabe resaltar que el deportista de élite típicamente aún vive más que el hombre promedio de la población general (National Library of Medicine), gracias a la excelente forma física adquirida y mejor acceso a recursos sanitarios; simplemente, su longevidad queda opacada al compararla con la de profesionales intelectuales de alto estatus.
Obreros manuales y mineros
Los trabajadores manuales, como obreros de la construcción, fábricas o mineros, enfrentan a menudo condiciones que reducen su esperanza de vida en comparación con ocupaciones menos físicas. Estos trabajos pueden implicar esfuerzo muscular constante, exposición a accidentes, polvo, químicos, altas temperaturas y otros riesgos que pasan factura a la salud con los años (tomorrow. bio). Diversos datos demuestran una brecha sustancial en longevidad: en el Reino Unido y Francia, por ejemplo, se ha visto que los hombres en oficios manuales mueren varios años antes, en promedio, que los profesionales. En Francia, como se mencionó, un hombre obrero a los 35 años tenía en 2018 una esperanza de vida restante de ~44 años, frente a ~50 años si era empleado de nivel alto (French Institute for Demographic Studies). Esto equivale a que el obrero vive unos 5–6 años menos que un hombre con trabajo intelectual equivalente, en promedio.
En el caso de los mineros, las estadísticas históricas son aún más dramáticas debido a la peligrosidad de la minería (especialmente del carbón). Tradicionalmente, la minería ha estado entre las profesiones con mayor mortalidad por accidentes y enfermedades ocupacionales. A comienzos y mediados del siglo XX, la tasa de muertes en minas de carbón era de las más altas de cualquier ocupación, reduciendo significativamente la longevidad media de los mineros (quora. com).
Si bien las condiciones han mejorado, aún en tiempos recientes se observan efectos negativos serios: en Estados Unidos, los mineros afectados por neumoconiosis por carbón (“pulmón negro”) sufren una pérdida promedio de 8 a 12 años de vida potencial debido a esta enfermedad (Centers for Diseases and Control). Es decir, fallecen aproximadamente una década antes de lo esperado. Incluso sin enfermedades específicas, años de trabajo en galerías subterráneas con polvo y poca ventilación pueden derivar en EPOC, cáncer de pulmón u otros trastornos crónicos, elevando la mortalidad de los ex-mineros (University of Illinois). En suma, labores como la minería o la obra pesada siguen asociadas a una vida más corta por las condiciones adversas inherentes, a pesar de los avances en seguridad laboral.
Militares y personal de las fuerzas armadas
La longevidad de los militares (soldados y oficiales) depende mucho de las circunstancias de servicio. Por un lado, quienes hacen carrera militar con frecuencia se jubilan con buen acceso a servicios de salud y mantienen cierta disciplina física, lo que podría favorecer su expectativa de vida. De hecho, entre figuras notables, los militares destacados muestran vidas longevas: en la muestra de obituarios del NYT, las personas famosas por su carrera militar tuvieron la edad promedio de fallecimiento más alta (84,7 años), superando a cualquier otro gremio (Pacific Standard).
De modo similar, en el estudio polaco de élites, los “oficiales de estructuras de poder” (categoría que incluía altos mandos militares y policiales) tuvieron una mediana de muerte de 83,5 años, colocándose entre los más longevos de la lista (National Library of Medicine). Estos datos sugieren que los altos rangos militares, que sobrevivieron a conflictos y alcanzaron edades de retiro, pueden disfrutar de longevidades comparables a las de académicos o clérigos, quizás debido a buenos cuidados médicos, pensiones y estilos de vida ordenados tras el servicio.
Por otro lado, la población general de veteranos y soldados rasos a menudo enfrenta retos de salud que pueden acortar su vida. Muchos militares están expuestos en servicio a combates, estrés postraumático, agentes tóxicos (p. ej., Agent Orange, humo de quemas) o lesiones, cuyas secuelas se manifiestan años después. En Estados Unidos, las estadísticas muestran que la edad promedio de fallecimiento de los veteranos varones es de ~67 años, casi una década menos que la media nacional masculina,~76 años (LinkedIn Caroline Pardo). Este dato refleja que numerosos ex-combatientes mueren relativamente jóvenes, sea por enfermedades relacionadas con el servicio, suicidios, adicciones o falta de apoyo tras la vida militar. Enfermedades crónicas como el Parkinson se presentan con alta frecuencia en veteranos expuestos a neurotoxinas, y condiciones como la depresión mayor o el trastorno de estrés postraumático elevan el riesgo de mortalidad temprana en esta población. Por tanto, aunque ser militar de alto rango en tiempos de paz podría no impedir una vida larga, haber servido en combate sí conlleva un costo en años de vida para muchos. Las políticas de apoyo a veteranos destacan que mejorar la atención médica y mental de este grupo podría cerrar esa brecha de casi 10 años respecto a la población general.
Tabla 2. Longevidad observada en ocupaciones físicamente exigentes (hombres)
Ocupación | Longevidad promedio observada (hombres) |
---|---|
Deportistas de élite | Mediana al morir ≈77–78 años (ligeramente por encima de la media poblacional). Deportistas de resistencia viven algo más que los de deportes de contacto (National Library of Medicine). |
Obreros manuales | Esperanza de vida significativamente menor que la de profesionales. Ej.: a los 35 años, un obrero vive ~6 años menos que un hombre con trabajo intelectual (diferencia ~79 vs 85 años)ined. fr. |
Mineros (carbón) | Longevidad reducida por riesgos extremos. Enfermedades ocupacionales pueden restar ~8–12 años de vidacdc. gov; históricamente, uno de los oficios con mayor mortalidad. |
Militares / Soldados | Altos mandos retirados: promedio ≈84 años (muy longevo)psmag. com. Veteranos en general: promedio ~67 años (casi 10 años menos que la media)linkedin. com por secuelas del servicio. |
Conclusiones
En conclusión, la evidencia sugiere que, en hombres de Europa y Norteamérica, la ocupación está asociada con diferencias apreciables en longevidad. Las profesiones de índole intelectual o sedentaria, típicamente vinculadas a mayor nivel educativo y menor peligro físico (como docentes, científicos, religiosos), muestran en promedio mayor esperanza de vida que aquellas de trabajo físico pesado o arriesgado (como la minería, la construcción, o incluso el deporte profesional) (National Library of Medicine). Por ejemplo, mientras un sacerdote o un profesor puede vivir en promedio bien entrados los 80 años, un trabajador manual puede ver limitada su vida a los 70 y tantos, y un minero aún menos por las duras condiciones laborales.
Estas diferencias reflejan tanto el impacto directo de las condiciones de trabajo (riesgos, esfuerzo, estrés) sobre la salud, como factores concomitantes: ingresos y acceso a cuidados médicos, hábitos de vida, y redes de apoyo. Un académico o clérigo suele tener mejor acceso al sistema sanitario, mayor estabilidad y jubilación más holgada, además de menos exposición a lesiones, lo que se traduce en menos mortalidad temprana. En cambio, los obreros y veteranos de guerra pueden acumular lesiones, enfermedades ocupacionales o estrés psicológico que acortan su vida.
No obstante, es importante matizar que no toda ocupación físicamente activa es perjudicial: el ejercicio moderado es beneficioso, y de hecho muchas profesiones sedentarias conllevan riesgos por inactividad. Idealmente, la clave está en evitar los extremos: ni sedentarismo absoluto ni sobreesfuerzo físico sin descanso. Por ejemplo, los atletas que lograron equilibrar su entrenamiento con la salud suelen vivir bastante, aún más que el promedio general (National Library of Medicine), y algunas ocupaciones creativas pueden implicar hábitos nocivos que contrarrestan la ventaja de no tener desgaste físico (Pacific Standard).
En síntesis, al comparar ocupaciones intelectuales vs. físicas en cuanto a longevidad masculina, prevalece la ventaja de las primeras en las estadísticas. Profesiones como sacerdote, profesor o músico clásico tienden a asociarse con vidas más largas, mientras que oficios duros como deportista de élite, minero u obrero muestran una vida más corta en promedio. Con todo, promover condiciones de trabajo seguras, apoyo médico y buenos hábitos de salud puede mejorar la esperanza de vida incluso en empleos físicamente exigentes, cerrando la brecha observada entre grupos ocupacionales. Las diferencias actuales evidencian cuánto influyen en el envejecimiento masculino tanto el trabajo que realizamos como las condiciones sociales que lo rodean.
Fuentes: Estudios epidemiológicos y demográficos recientes sobre longevidad por ocupación (National Library of Medicine, Pacific Standard y Universidad de Comillas), informes oficiales de salud laboral () y literatura científica sobre actividad física y mortalidad. Todas las cifras y afirmaciones están respaldadas por las referencias citadas.
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