España ha vivido este fin de semana uno de los episodios más bochornosos de su historia reciente: la cancelación de la última etapa de la Vuelta Ciclista 2025 a España, no por causas meteorológicas, ni por problemas logísticos, sino por la irrupción violenta de manifestantes alentados —sí, alentados— por el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
🚴♂️ Vuelta Ciclista 2025 como rehén de la propaganda
La Vuelta Ciclista 2025, símbolo de esfuerzo, superación y unidad nacional, fue convertida en campo de batalla ideológica. Manifestantes propalestinos bloquearon el recorrido, lanzaron objetos, hirieron a policías y pusieron en peligro a los ciclistas. ¿La respuesta del Presidente? “Orgullo” por las protestas. ¿Reconocimiento a los deportistas? Apenas una frase vacía, eclipsada por su “admiración” a quienes sabotearon el Evento.
No estamos ante una protesta legítima. Estamos ante una agresión directa al deporte, a la convivencia y a la imagen internacional de España. Y lo más grave: con el beneplácito del Jefe del Ejecutivo.
🔥 Sánchez, el incendiario institucional
Pedro Sánchez no se limitó a mirar hacia otro lado. En sus declaraciones públicas, lejos de condenar los actos violentos, los celebró como ejemplo de “movilización por causas justas”:
- ¿Desde cuándo cortar carreteras, lanzar objetos y provocar caídas es justo?
- ¿Desde cuándo poner en riesgo la vida de deportistas es motivo de orgullo?
Su Gobierno, en lugar de reforzar la seguridad, optó por limitar la actuación policial. Resultado: 22 agentes heridos, dos detenidos, y una etapa cancelada. El Podio quedó vacío. La victoria de Jonas Vingegaard, silenciada. La fiesta de la Vuelta Ciclista 2025, convertida en una humillación nacional.
🧨 El boicot como estrategia política
Sánchez no actúa en el vacío. Su respaldo a los manifestantes se enmarca en una estrategia de confrontación permanente, donde todo vale para agitar a sus bases:
- Desde pactar con herederos de ETA hasta blanquear a comunistas violentos.
- Esta vez, el objetivo fue Israel.
- Mañana, ¿Quién será?
La izquierda radical que le sostiene —Sumar, Podemos, Bildu— no oculta su desprecio por el orden democrático. Sánchez, lejos de contenerlos, los jalea. Lo vimos en Madrid, donde la Vuelta fue saboteada con el mismo entusiasmo con el que se sabotea la Justicia, la Educación o la Libertad de prensa.
⚠️ ¿Y si el próximo ataque no es simbólico?
El asesinato reciente de un joven en América por parte de un extremista de izquierda no es un hecho aislado. Es el espejo de lo que ocurre cuando se normaliza la violencia política. Cuando se justifica el odio en nombre de “causas justas”. Cuando se convierte al adversario en enemigo.
Sánchez no ha lanzado cristales ni chinchetas, pero ha lanzado algo peor: un mensaje de impunidad. Ha dicho a los violentos que pueden actuar, que serán comprendidos, incluso celebrados. Ha dicho a los deportistas que su esfuerzo no importa. Ha dicho a España que su unidad es prescindible.
🛑 Basta ya
España no necesita un presidente que boicotea su deporte, que divide a su sociedad y que legitima la violencia. Necesita líderes que defiendan la convivencia, que condenen sin ambigüedades los ataques, y que entiendan que la democracia no se construye con barricadas ni con adoquines.
La Vuelta Ciclista 2025 no fue solo una carrera. Fue una metáfora. Y Sánchez, con sus palabras y sus silencios, ha demostrado que no está del lado de los que pedalean por España, sino de los que la frenan.