La genuflexión de Illa

La genuflexión de Illa: cuando la dignidad institucional se vende por un puñado de votos

Este martes se produce la genuflexión de Illa, Presidente de la Generalitat, porque cruzará la frontera política y moral que jamás debió pisarse: se reunirá en Bruselas con Carles Puigdemont, ex Presidente catalán huido de la justicia española desde 2017.

El encuentro, a puerta cerrada, se celebrará en la Delegación del Govern ante la Unión Europea, lejos del escrutinio público y aún más lejos del respeto institucional que debería regir la política democrática.

La genuflexión de Illa es un gesto que normaliza lo anormal

Illa justifica el encuentro como un “mensaje de diálogo”.

Pero:

  • ¿Qué diálogo puede construirse cuando el interlocutor es un prófugo que desafió el orden constitucional y se negó a responder ante los tribunales?
  • ¿Qué legitimidad tiene un presidente autonómico que, en lugar de exigir justicia, se desplaza al extranjero para rendir pleitesía a quien quebró la legalidad?

Este gesto no es diálogo: es claudicación. Es la institucionalización de la humillación. Es el precio que se paga por la aprobación de unos presupuestos, tanto estatales como autonómicos

Illa no acude como presidente, sino como emisario de Pedro Sánchez, en busca de los votos de Junts para sostener un gobierno que se derrumba.

La genuflexión de Illa es para conseguir presupuestos a cambio de dignidad

La reunión se produce en un contexto de negociaciones presupuestarias, donde el Gobierno central busca desesperadamente apoyos para sacar adelante las cuentas del Estado. La condonación de 85.000 millones de euros en deuda autonómica, exigida por ERC, ya ha sido aprobada por el Consejo de Ministros

Ahora, el PSOE necesita a Junts. Y para conseguirlo, Illa se arrodilla.

  • ¿Dónde queda la separación de poderes?
  • ¿Y el respeto a las instituciones?
  • ¿Y la memoria de quienes defendieron la legalidad frente al desafío secesionista?

Un precedente peligroso

Este encuentro marca un antes y un después.

  • Nunca antes un Presidente autonómico había viajado al extranjero para reunirse con un prófugo de la justicia.
  • No se había legitimado antes de forma tan explícita la figura de Puigdemont como actor político válido.
  • Y nunca antes se había sacrificado la dignidad institucional en aras de una negociación presupuestaria.

Lo que Illa presenta como “normalidad democrática” es, en realidad, la normalización del chantaje político. Es el triunfo del tacticismo sobre los principios. Es el precio que se paga cuando el poder se convierte en un fin en sí mismo.

TÍTULO FINAL:

“La rendición de cuentas: la genuflexión de Illa ante Puigdemont que vende la dignidad por votos”

Fuentes

i28

Antena 3

Diario de Sevilla

elimparcial.es


Autor: Francisco Pajuelo Trejo | Artículos de Francisco Pajuelo Trejo
Metalúrgico. Diseñador Industrial en empresas de automoción. Especialista en prospectiva nacional. Miembro de la Sociedad Civil organizada iniciativa2028.es

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