la comisiòn del aplauso

«La Comisión del Aplauso: Sánchez comparece, el Senado se arrodilla»

La comparecencia de Pedro Sánchez ante la Comisión del Senado ha sido un espectáculo más de escenografía política que de fiscalización democrática. Tanto los Senadores de Vox como los afines al PSOE han fallado estrepitosamente en su papel institucional.

La sesión, centrada en las ramificaciones del llamado «caso PSOE», debía ser un ejercicio de escrutinio riguroso. En cambio, se convirtió en una coreografía de egos, propaganda y evasión. Empecemos por los Senadores de Vox: su intervención fue un desfile de frases grandilocuentes, acusaciones genéricas y gesticulación sin sustancia. En lugar de formular preguntas concretas, incisivas y documentadas, optaron por el efectismo verbal, como si estuvieran en un mitin y no en una comisión de investigación.

  • ¿Dónde estaban las referencias a contratos, fechas, beneficiarios, documentos?
  • ¿Dónde la estrategia jurídica o la lógica parlamentaria?

La oportunidad de acorralar políticamente al Presidente se diluyó en una retórica vacía, más preocupada por titulares que por verdades.

La Comisión del aplauso

Por otro lado, los Senadores colocados para ensalzar la figura de Sánchez ofrecieron una imagen aún más lamentable: una especie de claque institucional, aduladora y servil. En lugar de aprovechar la ocasión para exigir explicaciones claras, contextualizar los hechos o incluso defender con argumentos sólidos la posición del presidente, se dedicaron a elogiar su «valentía» por comparecer.

  • ¿Desde cuándo cumplir con una obligación constitucional merece aplausos?
  • ¿Dónde quedó el respeto por la inteligencia del ciudadano?

Esta actitud no solo banaliza el ejercicio democrático, sino que convierte el Senado en un teatro de lo absurdo.

La actitud de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez, por su parte, se mostró cómodo, casi arrogante, en medio de este circo. Su tono fue el de quien sabe que no será desafiado seriamente. Respondió con evasivas, con referencias genéricas a la «ultraderecha» o a la «instrumentalización política», sin entrar en el fondo de las acusaciones. Y lo más grave: nadie lo obligó a hacerlo. Ni la derecha con su torpeza inquisitorial, ni la izquierda con su servilismo institucional.

Este tipo de comparecencias deberían ser momentos de verdad, de confrontación de datos, de exigencia de responsabilidades. Pero lo que vimos fue una coreografía de impunidad, donde cada actor jugó su papel sin intención alguna de alterar el guion. El Senado, lejos de ser un contrapeso, se convirtió en un decorado. Y eso, en una Democracia que se dice madura, es inaceptable.

 

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DIRECTO | Sánchez comparece en el Senado por el caso PSOE

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Autor: Francisco Pajuelo Trejo | Artículos de Francisco Pajuelo Trejo
Metalúrgico. Diseñador Industrial en empresas de automoción. Especialista en prospectiva nacional. Miembro de la Sociedad Civil organizada iniciativa2028.es

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