Ahora que los genocidios desgraciadamente vuelven a estar en el candelero mediático, hablemos de los otros. De los invisibles. De los que nunca dan para tertulias en prime time, ni para manifestaciones multitudinarias en las plazas de moda.
Genocidios
Hablemos de los genocidios, matanzas y persecuciones extremas sufridas por cristianos, por millones de hombres, mujeres y niños que han sido asesinados, desplazados, arrasados, marcados y olvidados solo por pertenecer a la fe que más tiempo lleva pagando el peaje del odio.
Esto no es un relato de victimismo ni una crónica de mártires. Es la pura constatación de que, siglo tras siglo, la persecución religiosa que más víctimas mortales acumula sigue siendo la cristiana. Ni trending topic, ni “hashtag” viral. Solo una estadística incómoda que, por razones bastante evidentes, casi nunca ocupa portadas.
Basta repasar el mapa:
- Oriente Próximo, el Estado Islámico desató una campaña sistemática para exterminar comunidades enteras.
- Nigeria, Boko Haram ha convertido la matanza de cristianos en rutina: secuestros, degollamientos, atentados suicidas en misas de domingo, clero asesinado.
- Congo, Mozambique o Burkina Faso, el patrón se repite.
- Eritrea y Somalia, basta rezar en casa para acabar en un agujero sin juicio.
- Egipto, los coptos saben que cualquier día una iglesia puede volar por los aires y nadie pagará por ello.
- IBEROAMERICA: Uno de cada dieciséis cristianos es perseguido por bandas mafiosas, principalmente en zonas rurales de los países bolivarianos del Grupo de Puebla: Cuba, Nicaragua, México, Colombia, Honduras y Venezuela.
Y todo esto, mientras gobiernos, organismos y buena parte de la prensa internacional miran a otro lado o disfrazan las cifras bajo el eufemismo de “tensión sectaria”.
Pero aquí llega el verdadero retrato de la hipocresía: estas muertes no abren telediarios.
- Nadie sale en masa a la calle en defensa de estos cristianos.
- No verás a colectivos de izquierda ondeando cruces, ni rosarios, ni banderas cristianas.
- Hay símbolos que los verás por todas partes, pero ninguna manifestación multitudinaria exige justicia por los cristianos asesinados.
- Aquí, la fe no vende, ni suma puntos en el ranking de causas aceptadas.
En lo que va de siglo XXI, más de 100.000 cristianos han sido asesinados por su fe. Más de cien mil. Y si sumamos desplazados, secuestrados, torturados, encarcelados o forzados a huir por el simple hecho de ser cristianos, la cifra se dispara a varios millones. No son historias del pasado ni datos sueltos: son vidas borradas ante la indiferencia global. No hace falta adornar nada. Esto es genocidio. Genocida es quien ordena, ejecuta o calla mientras matan a un pueblo solo por creer en Cristo.
Todos los genocidios merecen la misma condena
Lo verdaderamente repugnante es la doble vara de medir y la hipocresía de los colectivos que solo se movilizan por algunos muertos, mientras ignoran o desprecian a otros.
No existen muertos de primera y de segunda.
Aunque para muchos, por lo visto, sí.
Fuentes directas para las cifras:
Open Doors / World Watch List 2024
International Society for Human Rights (ISHR)