«Europa en transición», porque está atravesando una transformación profunda. No por una guerra convencional, sino por una ofensiva híbrida que combina drones, sabotaje digital y guerra psicológica.
Europa en transición
Según revela Libertad Digital, en apenas semanas hemos presenciado:
- Incursiones aéreas con cazabombarderos y drones sobre espacio europeo.
- El avión de Ursula von der Leyen aterrizando sin GPS, guiado por mapas físicos.
- Un ciberataque que paraliza sistemas de embarque en aeropuertos clave como Heathrow, Berlín y Bruselas, generando colas, cancelaciones y confusión.
Estos hechos no son aislados. Forman parte de una estrategia sostenida desde Moscú para erosionar la confianza, desestabilizar la logística y sembrar incertidumbre. Pero también revelan algo más profundo: el inicio de una nueva era geopolítica, donde la resiliencia tecnológica y la capacidad de adaptación serán los verdaderos pilares de la seguridad europea.
¿Y España?
España no está condenada a la irrelevancia. Está ante una bifurcación histórica: puede seguir siendo espectadora o asumir un papel activo en la redefinición de la defensa europea. Para ello, es necesario:
- Reconocer que la “normalidad” operativa no basta. Aena ha gestionado con eficacia los efectos colaterales del colapso internacional, pero el verdadero reto es anticiparse, no solo reaccionar.
- Apostar por la autonomía tecnológica. Mientras otros países desarrollan sistemas alternativos, España tiene talento, infraestructura y capacidad para liderar en ciberseguridad, inteligencia artificial y defensa digital.
- Reforzar su peso en la OTAN y en los foros europeos. España debe dejar de ser un eslabón periférico y convertirse en un nodo estratégico, con voz propia y propuestas concretas.
Este conflicto no se libra con tanques, sino con redes. No se trata de fronteras físicas, sino de sistemas interconectados. Y en ese nuevo campo de batalla, España tiene la oportunidad de reinventarse como potencia digital, como garante de soberanía tecnológica y como actor clave en la defensa europea.
¿Qué se necesita?
Una respuesta política valiente, una estrategia tecnológica ambiciosa y una ciudadanía consciente. Porque la guerra híbrida se combate con liderazgo, con innovación y con unidad. España no está desarmada: está en proceso de despertar. Y ese despertar puede marcar la diferencia.
El avión de Ursula von der Leyen tuvo que aterrizar en Bulgaria utilizando mapas de papel por «interferencias rusas» en su GPS (El mundo).
Un ciberataque causa retrasos y cancelaciones en los aeropuertos de Berlín, Bruselas y Heathrow (Londres) (el país).
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