Al Sanchismo no le interesa especialmente ilegalizar a la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF). Lo que pretende con ello, en cambio, es dar un aviso a todos los que le planten cara, como es el caso de esta Fundación, para intentar sembrar miedo a su rodillo administrativo.
Esta fundación no es peligrosa, ni propaga la violencia que propugnan otros, como por ejemplo Sánchez como admirador de Largo Caballero, cuyas calles y estatuas aún sobreviven para ensalzar a un régimen Socialcomunista de los más violentos y criminales de nuestra Historia.
Bildu dictaminó por 6 votos a favor de Sánchez el texto de la actual y retrógrada Ley de Memoria Democrática, que llevaba implícita la ilegalización de esta fundación y de todas aquellas que osaran llevar la contraria a ese partido filoterrorista.
La Fundación Nacional Francisco Franco es parte de la Sociedad Civil española y no puede ser ilegalizada por esa vía. Y tampoco está formada por fachas.
Siguiendo la táctica del «espejo», qué consiste en trasladar la imagen y defectos propios a los de enfrente, resulta claro que los fachas son Sánchez y sus cómplices, por lo que al mirarse al «espejo» llaman corruptos y fachas a los que no lo son.
¡Es la libertad, estúpido! La ilegalización de la Fundación Franco es el ensayo para cancelar a la sociedad civil
«El Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha quitado la careta. Ahora ya no simula. Quiere acabar con la libertad de expresión, Sociedad Civil y con toda disidencia organizada. La supuesta “memoria democrática” es solo el disfraz de una ofensiva totalitaria. El primer blanco es la Fundación Francisco Franco, pero el objetivo final es liquidar a toda la Sociedad Civil que no comulgue con su dogma».
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