Se ha cumplido el Aniversario del Acta Final de Helsinki, y Antonio Bosh recuerda, en su interesante Blog, al que recomendamos seguir, el significado y la necesidad de respetar las fronteras.
Uno de los pilares de la paz internacional —recogido en el Acta Final de Helsinki (1975)— es el respeto a las fronteras reconocidas. Este principio, defendido desde la Escuela de Salamanca en el siglo XVI, ha sido clave para evitar que las ambiciones territoriales degeneren en guerra.
Sin ese respeto volveríamos a resucitar los fantasmas de la Ley del más fuerte y del talión, impuestas por dictadores a pueblos sometidos.
Son fantasmas que hoy día se pasean por las fronteras violadas en numerosas tierras y que provocan sufrimientos dramáticos. Según ACNUR hay 125 millones de personas desplazadas en el mundo, y posiblemente las personas afectadas por guerras de fronteras en sus Países puedan multiplicar por 100 esa cantidad. En otros lugares, sobreviven generaciones completas que nunca han conocido la paz.
Bosch subraya que la paz no es un estado natural, sino el resultado de normas claras y respeto mutuo entre Estados. Ignorar la inviolabilidad de las fronteras abre la puerta a conflictos armados y erosiona el orden internacional.
La inviolabilidad de las fronteras: el principio olvidado que desata conflictos
«Se cumplen cincuenta años desde que el 1 de agosto de 1975, en plena Guerra Fría, se firmó el Acta Final de Helsinki. Un documento trascendental que, con el consenso de 35 países de ambos lados del Telón de Acero, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Soviética, estableció un decálogo de principios para la seguridad y la cooperación en Europa»…
Fuentes