El cristianismo tradicional y sus valores están siendo atacados de forma inmisericorde, oscilando entre la crítica y el desprecio en Europa, y los asesinatos y el genocidio de cristianos en Oriente Medio y África, siempre por el mero hecho de serlos.
El Islamismo radical, en cambio, se ha aliado con la izquierda europea para, entre ambos, imponer un relato moral cínico y suicida para occidente. ¡Sí! La cultura occidental se está autodestruyendo, y es necesario reaccionar con urgencia, porque «la falsa idea de ofrecer la otra mejilla cuando te abofetean es suicida«, como también lo es la del «ojo por ojo«. La solución estriba en la educación de los jóvenes occidentales, apartándolos del adoctrinamiento de las llamadas izquierdas y en la respuesta firme de la Iglesia.
¿Cuándo acabaremos de ser conscientes, de que la izquierda antisistema europea no es un movimiento político, sino demagógico, y que el islamismo radical no es una religión, sino una secta de mercenarios resentidos?
El artículo «El genocidio que nadie quiere ver» que sigue nos da las pistas para despertar de la anestesia mediática y social en que viven muchos europeos y españoles.
El genocidio que nadie quiere ver
«El genocidio cristiano es real. El intento de genocidio contra Israel también. Pero lo obsceno es que Occidente ha decidido callar ante uno y acusar falsamente al otro»