«El Ecologismo Mata» no es un titular sensacionalista:
- Son pueblos desalojados.
- Familias que lo pierden todo en cuestión de horas.
- Bosques enteros convertidos en cementerios de ceniza.
El verano de 2025 quedará escrito como el de la impotencia, la negligencia y la mentira verde. España arde.
Un país reducido a brasas
Las cifras europeas no dejan lugar a dudas:
- España concentra la mayor devastación forestal del continente, con más de 157.000 hectáreas arrasadas en lo que va de año, la mayoría en el mes de agosto.
- Incendios como el de Molezuelas de la Carballeda, que calcinó 36.500 hectáreas, muestran la magnitud de un desastre que no se veía en décadas.
No se trata de un fenómeno natural, sino de un error humano convertido en dogma: la prohibición de gestionar el monte, el abandono del mundo rural y la criminalización de quienes durante siglos cuidaron de la tierra.
El campo, convertido en enemigo
Los ganaderos que limpiaban el monte con su ganado, los vecinos que recogían leña, los madereros que reducían el exceso de combustible… todos fueron apartados, tratados como agresores del medio ambiente por los ECOLOGISTAS. El resultado ha sido el opuesto al prometido: montes que ya no son ecosistemas, sino bombas de tiempo.
El ecologismo urbano decidió que la naturaleza debía ser intocable. Ahora, intacta, arde.
Víctimas olvidadas
Detrás de cada estadística hay tragedias: bomberos que han perdido la vida en servicio, familias evacuadas a polideportivos, agricultores que ven cómo se esfuma el trabajo de generaciones en un solo día.
Nadie responderá por ellos, porque el relato oficial seguirá hablando de emergencias inevitables, cuando lo que hay es negligencia planificada.
La gran mentira verde del ecologismo
El ecologismo radical no salva la naturaleza: la entrega al fuego. Su dogma del “no tocar” ha convertido nuestros montes en gigantescos polvorines. Cada árbol que no se limpió, cada cortafuegos que no se abrió, cada pasto que se prohibió es hoy ceniza.
Lo que mata no es el calor, ni el azar: lo que mata es la ideología.
Epílogo
España no está siendo devorada por incendios inevitables, sino por políticas irresponsables. El monte arde porque se abandonó al capricho de la maleza. Porque se decidió que la gestión era “agresión” y que la prevención era “explotación”.
Hoy lo que se quema no son solo hectáreas:
- Se quema la vida de miles de familias.
- Se quema la memoria del campo.
- Y se quema el futuro de un País que ha olvidado que sin gestión no hay naturaleza, solo ceniza.
El ecologismo mata.
Y seguirá matando mientras se premie la propaganda sobre la verdad, y la burocracia sobre la vida.
