La Plaza de España ha sido el escenario de algo más que una protesta. Fue un grito colectivo, un latido compartido por miles de ciudadanos que, bajo un sol implacable, alzaron la voz para decir lo que muchos sienten desde hace tiempo: ¡Basta ya. España no puede seguir así !
Y es de nuevo la Sociedad Civil organizada la que responde, porque sabemos que Sánchez no va a parar en su intento de encubrimiento e impunidad del entorno más corrupto conocido en España.
Convocados en esta ocasión por el Partido Popular, pero impulsados por una indignación transversal, decenas de miles de españoles, más de 100.000 según los organizadores, se concentraron en el corazón de la capital para exigir lo que ya no se puede postergar: la regeneración democrática y la devolución de la dignidad institucional que este gobierno ha usurpado mediante su corrupción.
La movilización, bajo el acertado lema ‘Mafia o democracia’, convocó a partidos y ciudadanos. Fue una expresión nítida de un país que ha despertado. familias enteras, jóvenes, mayores, trabajadores, empresarios, jubilados. La sociedad civil en toda su diversidad, harta de ver cómo el poder político se convierte en un fin en sí mismo, se plantó frente a un Ejecutivo que hace tiempo dejó de escuchar y de respetar la Ley y reglas de juego de nuestra democracia.
Desde la tribuna se expresó con claridad el clamor social: “Sánchez, ríndase a la democracia y convoque elecciones”. La ciudadanía se siente traicionada, manipulada y utilizada. “España está cansada, pero no está rendida”. Y esa frase resumía el espíritu de una jornada donde no hubo violencia, ni crispación gratuita, sino determinación y coraje cívico. Hubiese sido mejor ver unidos a los partidos politicos de la oposición, pero desde la sociedad civil seguiremos trabajando para que así sea en la próxima ocasión. No en vano, los partidos de la oposición han apoyado con mayor o menor entusiasmo las últimas convocatorias de la Sociedad civil, y viceversa.
El hartazgo no nace de un capricho ni de una consigna política. Nace de ver cómo se blanquea a condenados, cómo se pacta con quienes quieren romper España, cómo se utiliza el BOE como instrumento de resistencia personal en lugar de herramienta de servicio público. Nace de una sociedad civil que lleva demasiado tiempo ignorada, a pesar de ser la depositaria de nuestra soberanía nacional.
Sánchez, sus diputados y cómplices lo pagarán caro más pronto que tarde, porque mientras, en La Moncloa, se intenta reducir la movilización a una rabieta opositora. Sin embargo, lo que ocurrió en Madrid fue mucho más profundo: fue un antes y un después. Una fotografía nítida de que el país real está muy por delante del Gobierno. Y ese país, hoy, ha dicho basta.
España no se resigna. Y este 8 de junio quedará grabado como un nuevo hito de la sociedad civil en su camino de recuperación del Estado de derecho en España. No Podemos perder la concentración en cuanto a nuestros objetivos, ni con las distracciones calculadas de este Gobierno, ni con las diferencias menores entre partidos. Una España unida y democrática, donde se respete la Ley es imprescindible para nuestra supervivencia.
¡Mafia o democracia. Queremos Elecciones Generales Ya!