En España, el eco del miedo no ha desaparecido. Solo ha cambiado de forma. En los años más oscuros del terrorismo etarra, más de 180.000 ciudadanos abandonaron el País Vasco por amenazas directas, extorsiones, asesinatos y el silencio cómplice de una parte de la sociedad
Hoy, en 2025, ese mismo patrón de presión social y señalamiento se repite, esta vez contra el equipo ciclista Israel-Premier Tech, cuya participación en la Vuelta Ciclista a España ha desatado una ola de protestas, boicots y declaraciones que rozan la intimidación.
El éxodo silencioso: cuando ETA dictaba quién podía vivir en Euskadi
Durante décadas, miles de ciudadanos —funcionarios, empresarios, profesores, periodistas, jueces— fueron obligados a abandonar su tierra natal. No por decisión propia, sino por miedo. Miedo a que les pusieran una bomba en el coche. Miedo a que sus hijos fueran señalados en el colegio. Miedo a que sus vecinos les pidieran, con voz baja pero firme, que se marcharan “por el bien de todos”.
Un estudio de la Universidad CEU San Pablo estima que entre 60.000 y 200.000 personas fueron desplazadas por la presión de ETA.
La mayoría nunca volvió. El censo electoral fue alterado, la alternativa constitucionalista debilitada, y el nacionalismo radical ganó terreno. La democracia, en esos rincones, no se vivía en igualdad de condiciones.
2025: el ciclismo como campo de batalla ideológico
Hoy, el equipo Israel-Premier Tech compite en la Vuelta Ciclista a España. Lo hace con méritos deportivos, como cualquier otro. Pero su presencia ha sido recibida con banderas palestinas, pancartas de “Israel genocida”, y llamadas explícitas a su expulsión.
En Bilbao, las protestas obligaron a adelantar la meta y cancelar la etapa, dejando sin ganador la jornada. En Figueres, un manifestante fue detenido por obstaculizar el paso del equipo israelí.
El director de la Vuelta, Javier Guillén, ha declarado que “ellos ya saben lo que hacer”, en referencia al equipo israelí.
- ¿Qué significa eso?
- ¿Qué deben marcharse?
- ¿Qué deben aceptar el señalamiento como parte del juego?
- ¿Qué el deporte ya no es neutral?
¿Estamos repitiendo la historia?
Lo que antes era miedo a una bomba, hoy es miedo a una pancarta. Lo que antes era presión vecinal para que un juez se fuera de Euskadi, hoy es presión social para que un equipo abandone una competición. Lo que antes era terrorismo, hoy se disfraza de activismo. Pero el patrón es el mismo: señalar, aislar, expulsar.
La diferencia es que ahora se hace en nombre de causas nobles. Pero cuando la nobleza se convierte en coacción, deja de ser noble. El deporte no puede ser rehén de la política. Y mucho menos, de la intimidación.
¿Dónde está la conciencia colectiva?
Los mismos que callaron ante ETA, hoy aplauden el boicot. Los mismos que pidieron que se respetara la pluralidad, hoy exigen que se excluya a quien no comparte su visión del mundo.
- ¿Es esta la España que queremos?
- ¿Una España que repite sus errores, pero con nuevas etiquetas?
La historia no se repite, pero rima. Y hoy, la rima suena demasiado familiar.