Hay cosas que irritan al social-comunismo más que la desigualdad: perder el relato. Y si hay un momento que lo ejemplifica con precisión quirúrgica, es el estallido de Pablo Iglesias tras el Nobel de la Paz concedido a María Corina Machado. Según él, “Se lo podrían haber dado a Hitler”. Y ahí, querido lector, empieza el espectáculo.
Porque cuando la izquierda no alcanza sus objetivos políticos, no reflexiona. No se pregunta por qué ha perdido apoyo, credibilidad o narrativa. No. Lo que hace es lo que mejor sabe: echar espuma por la boca, agitar el espantajo del fascismo y acusar al mundo de conspirar contra la Justicia popular.
El síndrome del Nobel ajeno
El Nobel, ese premio que solo es legítimo cuando lo gana alguien afín. Si lo recibe una disidente venezolana que ha enfrentado al chavismo, entonces es “una provocación”, “una vergüenza”, “una operación imperialista”. Porque en la lógica social-comunista, la paz solo existe si la firma alguien con camiseta del Che y carnet de Partido.
Y si no, pues se desata la furia. Se tuitea compulsivamente. Se invoca a Hitler. Se compara a Machado con genocidas. Se hace lo que sea para que el foco vuelva a donde debe estar: en el ego herido del revolucionario profesional.
¿Por qué tanta rabia en el social-comunismo?
Porque el social-comunismo español vive de la épica. Necesita mártires, enemigos, trincheras. Y cuando el mundo premia a alguien que ha combatido el autoritarismo que ellos defienden como “proceso bolivariano”, se rompe la narrativa. Y sin narrativa, no hay revolución. Solo rabia.
Además, hay algo más profundo: el miedo. Miedo a que los ciudadanos empiecen a distinguir entre lucha real por la libertad y marketing ideológico. Miedo a que se descubra que muchos de sus ídolos son, en realidad, verdugos con buena prensa.
¿Y ahora qué?
Pues ahora toca seguir observando. Ver cómo se retuercen, cómo insultan, cómo se atragantan con su propia retórica. Porque cada vez que la izquierda radical pierde el relato, no se hace más humilde: se hace más ruidosa.
Y eso, aunque sea peligroso, también es cómico. Porque hay pocas cosas más absurdas que ver a un ex-vicepresidente comparando a una activista democrática con Hitler… mientras defiende a regímenes que encarcelan, torturan y censuran.
Espectáculo del social-comunismo, Podemos y Sumar
Pablo Iglesias critica el premio Nobel a María Corina Machado: “Se lo podrían haber dado a Hitler”
«Tanto Podemos como Izquierda Unida han manifestado su disconformidad con la decisión del jurado»…
Soy una española retornada de Venezuela y me sorprende la visión de los medios y políticos de derecha-conservadores, sobre realidad política de ese país. El nobel tiene antecedentes nefastos previos x haberlo otorgado a wokes y por sus terribles consecuencias en sus países: Santos en Colombia y Obama en USA, entre otros. En este caso el nobel premia la “estrategia” aplicada por la oposición y MCM, durante 26 para salir de la tiranía comunista narcoterrorista: “PACÍFICA, democrática y electoral”. Venezuela es HOY el resultado de 26 años de apaciguamiento cómplice, porque la sociedad venezolana creyó y ha confiado sine die en el oxímoron ♾ de la oposición