En una democracia sana, los institutos de opinión pública, como el CIS, sirven para medir el pulso ciudadano, no para dictarlo. En España, sin embargo, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se ha convertido en una herramienta de manipulación electoral al servicio del gobierno de Pedro Sánchez. Lo que debería ser un termómetro neutral se ha transformado en un laboratorio de propaganda financiado con dinero público. Este artículo expone la mecánica de distorsión, el coste institucional y el contraste con encuestadoras privadas que sí respetan la metodología científica.
1. La mecánica del engaño del CIS: cómo se fabrica una mayoría
Desde que José Félix Tezanos fue nombrado presidente del CIS en 2018, el CIS ha sido objeto de múltiples denuncias por sesgo metodológico, opacidad en los datos y resultados sistemáticamente favorables al PSOE.
Las técnicas empleadas incluyen:
- Modificación del muestreo para sobre-representar votantes afines al gobierno.
- Ponderaciones arbitrarias que inflan la intención de voto socialista.
- Encuestas ‘flash’ sin control legal, como la publicada tras la carta de Sánchez en abril de 2024, que fue anulada por el Tribunal Supremo por vulnerar la normativa electoral.
El CIS ya no mide: simula. Y lo hace con una precisión quirúrgica para alimentar titulares, condicionar el debate público y desmovilizar a la oposición.
2. El coste de mantener el engaño
El presupuesto del CIS supera los 12 millones de euros anuales. Este gasto se sostiene mientras se recortan partidas esenciales en sanidad, justicia y educación. Pero el coste no es solo económico:
- Desprestigio institucional: El CIS ha perdido credibilidad entre académicos, medios y ciudadanos.
- Erosión democrática: La manipulación de datos públicos debilita el pluralismo informativo y la confianza en las instituciones.
- Aislamiento internacional: España ha sido excluida de foros democráticos relevantes, y su imagen exterior se resiente.
3. El contraste con el CIS: lo que dicen las encuestas serias
Mientras el CIS proyecta escenarios irreales, las encuestadoras privadas muestran una tendencia clara hacia el bloque de derechas, con VOX consolidando su base y SALF emergiendo como fuerza disruptiva. Aquí una comparativa reciente:
Encuestadora | PSOE (%) | PP (%) | VOX (%) | SALF (%) | Observaciones |
CIS (Tezanos) | 32.7 | 23.7 | 11.2 | — | +9 puntos para PSOE, sin transparencia |
40dB (El País) | 27.7 | 30.7 | 17.4 | 1.6 | Metodología publicada y verificable |
SigmaDos (El Mundo) | 27.2 | 33.8 | 15.9 | 1.3 | PP y VOX suman mayoría parlamentaria |
Colmena de Datos (media) | 24.3 | 33.6 | 17.0 | 1.7 | Promedio de encuestas independientes |
4. Conclusión: el tiempo del engaño se agota
La frase atribuida a Abraham Lincoln lo resume: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.” El CIS ha sido usado como cortina de humo, pero la ciudadanía empieza a ver el humo como señal de incendio.
España no necesita encuestas amañadas. Necesita instituciones que respeten la verdad, Gobiernos que no teman la transparencia y ciudadanos que no se dejen manipular.