El Fiscal General del Estado, nombrado por Pedro Sánchez ha caído, como van cayendo en desgracia quienes se acercan a un Sanchismo corrupto y ya podrido.
Del permanente comentario del coro del Gobierno, «No hay caso», hemos pasado a la condena, por primera vez en la historia de un País democrático avanzado, de un Fiscal General del Estado.
Hay que felicitar a la justicia por garantizar los Derechos de un ciudadano, aunque fuese la pareja de la Presidente de la Comunidad de Madrid.
Y hay que felicitar también, y muy efusivamente, a las acusaciones particulares que, desde la Sociedad Civil, han presentado brillantemente sus Alegaciones, pertenecientes al Foro Libertad y Alternativa, Manos Limpias y Hazte Oír, junto a otras Instituciones y al Partido Vox.
Pero ante esta alegría, que no es partidista sino de justicia, es seguro que Sánchez colocará otro de sus peones dóciles y ávido de protagonismo, al que dará sus instrucciones, para intentar librar de la justicia a sus círculos corruptos, y que nuestras desgracias sigan aumentando cada día que Pedro Sánchez continue en el Gobierno.
¿A que esperan los Partidos de la oposición para aplicar Tolerancia «cero» a esta coalición de Gobierno enemigos de España.




