Desmontando la Agenda 2030

Desmontando la Agenda 2030

José‑Ramón Ferrandis Muñoz y Felipe González Abad presentan esta obra: Desmontando la Agenda 2030, un ensayo contundente que desmonta los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) desde una perspectiva liberal y soberanista. El libro examina cómo planes globales con apariencia benévola pueden transformarse en instrumentos normativos con fuerte impacto en la libertad económica y la autonomía nacional.

Desmontando la Agenda 2030

  • Presenta cada Objetivos de Desarrollo Sostenible como una estructura que, más allá de su formulación idealista, tiende a convertirse en imposición regulatoria.

  • Analiza el coste económico, las restricciones sobre la iniciativa privada y la erosión de soberanía que conlleva su aplicación.

  • Denuncia la instrumentalización política de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: el uso de discursos ecológicos o sociales como coartada normativa —verde lavado y socialwashing institucional.

José‑Ramón Ferrandis, economista del Estado y licenciado en Ciencias Políticas, participa en foros críticos, desmontando la Agenda 2030, como motor de planificación global coercitiva. En sus intervenciones, como en el Congreso “Una respuesta a la Agenda 2030” (Madrid, 2 de diciembre), aborda objetivos concretos (ODS 7, 9, 16 y 17), subrayando:

  • Las metas de la Agenda suelen ser inviables, planteadas con carácter orientativo que rápidamente se torna coercitivo.

  • La sostenibilidad empresarial queda desvirtuada al imponer normativas vinculantes, afectando al mercado libre y promoviendo intervenciones estatales innecesarias.

  • Denuncia alarmas exageradas como el cambio climático o el modelo migratorio, destacando cifras de migrantes y víctimas donde la ONU supuestamente omite análisis culturales o políticos.

  • Plantea que la ONU busca esa planificación socializante como sustituto del sistema de libre mercado del mundo occidental.

Fuentes:

Acerca de la Agenda 2030

La Agenda 2030 es uno de los compromisos globales más ambiciosos del siglo XXI. Impulsada por Naciones Unidas, busca transformar el mundo mediante 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), abordando temas como la pobreza, la desigualdad, la justicia climática y la gobernanza mundial. Sin embargo, aunque sus metas suenan loables, este plan ha despertado duras críticas en distintos sectores políticos, académicos y ciudadanos, que ven en ella una estrategia globalista con implicaciones preocupantes para la soberanía nacional, la economía local y las libertades individuales.

¿Qué es la Agenda 2030?

La Agenda 2030 es un plan de acción adoptado en 2015 por los 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Su objetivo principal es alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo a nivel mundial para el año 2030.

En su núcleo se encuentran 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas específicas que abarcan desde la erradicación de la pobreza hasta la lucha contra el cambio climático, la igualdad de género, el acceso a la educación, el trabajo digno, la innovación tecnológica y la construcción de instituciones sólidas.

Cada país adapta estos objetivos a su realidad nacional mediante planes de acción propios, bajo el principio de «no dejar a nadie atrás». El enfoque es integral: no se trata solo de crecimiento económico, sino de justicia social, sostenibilidad ambiental y cohesión institucional.

Pese a su carácter voluntario, los ODS influyen directamente en políticas públicas, agendas legislativas, proyectos educativos y asignaciones presupuestarias, lo que ha generado tensiones y suspicacias en distintos sectores sociales y políticos.

Críticas y controversias en torno a la Agenda 2030

A pesar de sus nobles intenciones, la Agenda 2030 no ha escapado al escrutinio. Diversos sectores han manifestado críticas contundentes sobre sus implicaciones, ejecución y fundamentos ideológicos. A continuación, analizamos los tres principales enfoques críticos con base en las URL facilitadas:

1. Supuesta ineficiencia e instrumentalización: el caso de “La Estafa Maestra” (TV UNAM)

El documental de TV UNAM, titulado La estafa maestra: observatorio Agenda 2030, denuncia cómo programas enmarcados bajo el ODS “Fin de la pobreza” han sido utilizados en México para desviar fondos públicos mediante esquemas fraudulentos.

Aunque no responsabiliza directamente al plan de la ONU, el reportaje cuestiona cómo ciertos gobiernos utilizan los ODS como fachada para justificar políticas públicas mal gestionadas o incluso corruptas. Se sugiere que la retórica de sostenibilidad puede ser aprovechada para legitimar prácticas poco transparentes, sin que existan mecanismos eficaces de rendición de cuentas a nivel global.

2. Falta de transparencia y riesgo ideológico: crítica ciudadana desde Irekia

Desde el portal participativo del Gobierno Vasco, algunos ciudadanos han expresado dudas sobre la verdadera naturaleza de la Agenda 2030. La propuesta “¿Qué se esconde detrás de la Agenda 2030?” pone el acento en la falta de claridad respecto a los actores que definen las metas, los métodos de evaluación y la injerencia de grandes organismos y corporaciones internacionales en políticas locales.

Se teme que el discurso del desarrollo sostenible oculte una agenda ideológica concreta, que impone valores uniformes y limita la soberanía de los pueblos para definir sus prioridades políticas y culturales.

3. Crítica ideológica y rechazo político: la postura de Vox

El partido político español Vox ha sido uno de los más vocales en su rechazo a la Agenda 2030. En declaraciones públicas como las difundidas en Vox España, sus representantes la califican como una “estafa global” diseñada para socavar la soberanía nacional, imponer normas climáticas perjudiciales para la economía y promover ideologías ajenas a la tradición europea.

Desde esta óptica, la Agenda 2030 representa una amenaza al tejido económico tradicional, al considerarse que favorece a las grandes élites y corporaciones bajo el disfraz del ambientalismo o la justicia social.

Antecedentes y contexto: ¿de dónde viene esta desconfianza?

Parte de la desconfianza hacia la Agenda 2030 surge de su ambigüedad estructural. Si bien sus objetivos son universales, carecen de mecanismos obligatorios de cumplimiento o sanción. Esto deja espacio para una implementación desigual, muchas veces subordinada a intereses políticos o económicos.

Además, el hecho de que sus principios hayan sido adoptados y promovidos por grandes foros globalistas como el Foro Económico Mundial (WEF) ha alimentado teorías sobre un nuevo orden mundial que busca controlar las economías locales, las políticas nacionales y las libertades individuales a través de una narrativa ambiental y socialmente aceptada.

La Agenda 2030 plantea una hoja de ruta ambiciosa hacia un mundo más justo, equitativo y sostenible. Sin embargo, como todo gran proyecto internacional, no está exenta de controversia. Las críticas expuestas —desde la corrupción en su implementación hasta el temor a una pérdida de soberanía nacional— deben ser escuchadas, investigadas y debatidas.

Más allá del discurso oficial, lo que está en juego es la legitimidad de un proyecto que pretende regir políticas globales en nombre del bienestar común. En este debate, tan importante como el objetivo final es el camino elegido para alcanzarlo.


Autor: Redacción | Artículos
Equipo de redacción de Iniciativa 2028

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